*Club de Roma y COMPS 26
Como regularmente en los medios de comunicación son muy codos para informar adecuada y contextualmente a sus lectores, audiencias o seguidores, comenzaremos por referir que en 1968 a iniciativa de David Rockefeller, Aurelio Peccei y Alexander King, se fundó una organización no gubernamental bajo el nombre de Club de Roma que agrupó a científicos y políticos de la época para solucionar la problemática mundial a largo plazo.
El Club de Roma encargó una investigación sobre esos fenómenos, a la Dra. Donella Meadows, biofísica y científica ambiental del Massachusetts Institute of Technology (MIT) quien junto con 17 especialistas presentaron en 1972 el informe respectivo bajo el título de “Los Límites del Crecimiento”.
En dicho estudio se analizaron cinco factores básicos que determinan y limitan el crecimiento en nuestro planeta Tierra: producción agrícola, población y su crecimiento, recursos naturales, producción industrial y contaminación.
Luego de numerosas correlaciones y tendencias llegaron a las siguientes conclusiones: “Si las presentes tendencias de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y uso de los recursos naturales no se modifican, los límites del crecimiento del planeta se alcanzarían dentro de los próximos 100 años”*.
Y desde entonces se nos aseguró que: Es posible modificar las tendencias de crecimiento y establecer condiciones de estabilidad ecológica y económica, de tal modo que se prolonguen de forma sostenible en el futuro. Podría diseñarse una situación de equilibrio global que permitiera la satisfacción de las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra y todas tendrían igual oportunidad de desarrollar su potencial humano individual*.
Pero obviamente las reuniones internacionales son para la foto del recuerdo con un súper personaje, el turismo de Estado con todo y familia y presentar al mandatario como un estadista de talla internacional.
Pero los gobiernos atienden los asuntos que consideran inmediatos y prioritarios para sus países o los caprichos de los gobernantes, y los compromisos internacionales, pues que los cumplan los que vengan.
Ahora 50 años después de ese informe, hemos podido comprobar que no se equivocaron y para mayor muestra de eso le diré que el Club de Roma hace medio siglo nos advirtió:
“Debemos prepararnos para un periodo de transición profunda con arduo trabajo y consenso mundial desde el modelo de crecimiento tradicional al de un modelo nuevo de equilibrio global”.
Se vuelve imprescindible consignar algunos datos importantes sobre los que mucho se ha hablado y muy poco se ha hecho como: crecimiento exponencial de la población mundial desde unos 1.000 millones en 1900 a unos 7.500 millones en la actualidad; incremento de la longevidad, lo que puede llevar a alcanzar el límite de la capacidad de alojamiento de la tierra; consumo excesivo de minerales y de agua dulce; consumo creciente de energía per cápita lo que conlleva a una acumulación excesiva de dióxido de carbono en la alta atmósfera; incremento de la productividad alimenticia y de la producción de alimentos en forma exponencial; efectos colaterales nocivos relacionados con la tecnología.
Estamos perdiendo especies animales y vegetales a una velocidad alarmante y los océanos están sufriendo con la sobrepesca y acidificación provocada por las altas concentraciones de CO2, los glaciares fuente de agua dulce se están reduciendo y el mar está aumentando paulatinamente su nivel”*.
“Se deben evitar las consecuencias de traspasar los límites mediante apropiadas acciones a escala local y global. Frente al crecimiento desenfrenado es imprescindible alcanzar niveles de restricción deliberada del crecimiento, de modo de estabilizar el aumento de la población mundial y evitar la excesiva reducción de las reservas de recursos naturales finitos”.
Por otra parte, todos los seres humanos deben tener condiciones de vida digna. Se deben eliminar los contaminantes, teniendo en cuenta las generaciones venideras y fomentar el uso de energías renovables. “La transición desde un modelo de crecimiento sin límites a equilibrio global es posible”, concluyen finalmente los autores de este informe. Se trata, dicen al final, de tener en cuenta los valores humanos esenciales y, de esta manera, decidir si tenemos que “proporcionar más alimento a los pobres o más servicios a los ricos”*.
Insisto, todo esto que le acabo de referir se nos advirtió muy seriamente hace medio siglo y ante el rotundo fracaso en muchos sentidos para la acción de los gobiernos, en 1992 se nos volvió a recordar en un informe titulado: “Más Allá de los Límites”; “que el mundo se precipitaba hacia el colapso”. Y tampoco pasó mayor cosa, a no ser grandes titulares en los periódicos y avisos apocalípticos en los medios durante una semana. Por supuesto muchas ONGs, organizaron marchas, protestas y manifestaciones sin que las autoridades se molestaran mayormente.
Y nuevamente en 2004 el Club de Roma publicó “Límites del crecimiento a los 30 años” donde nuevamente nos advirtieron sobre el aumento del peligro y la urgencia de adoptar medidas. Ya en esta ocasión nos destacaron hechos consumados:
El nivel del mar ha crecido entre 10 y 20 centímetros desde 1900. La mayoría de los glaciares se están reduciendo y la extensión y espesor del hielo del polo norte decrece notoriamente, especialmente en verano.
En 1998 más del 45% de los habitantes de la Tierra ha tenido que vivir con ingresos que se sitúan alrededor de los 2 dólares diarios, mientras que la población más rica posee el 85% del PIB. La brecha entre ricos y pobres no deja de ampliarse.
En el año 2000, la FAO anunció que el 75% de la pesca en los océanos estaba sobrepasando los límites que podrían garantizar su conservación.
Lo mismo sucede con el suelo, que presenta una extraordinaria degradación de la tierra utilizada para explotación agrícola y forestal.* Así pues, ya no son advertencias, los daños provocados por la sordera y la negligencia de los gobiernos del mundo están a la vista. Y no podemos decir que no se nos alertó, ni se nos dijo cómo debía de hacerse. Con el infantil remedio de ir “Sembrando Arbolitos” no vamos a remediar los destrozos catastróficos que producen los generadores que usan carbón, combustóleo o gas, ni las minas, los transportes, las industrias o las plantas de procesamiento de alimentos o las excretas de los millones de cabezas de ganado.
Esta semana la revista Newsweek publicó el resultado de una investigación donde se revisaron 90 000 estudios de ciencias climáticas publicados entre 2012 y 2020 y prácticamente en su totalidad concluyen que el cambio climático es provocado por el hombre y de no frenarse las emisiones de efecto invernadero; el daño para el planeta como para la salud humana será irreversible**.
Asimismo, nos refiere un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde claramente señala a los líderes mundiales que "La quema de combustibles fósiles nos está matando. El cambio climático es la mayor amenaza para la salud que enfrenta la humanidad". Y de tomarse las medidas pertinentes, recomendadas por ellos y por los científicos se podrían prevenir aproximadamente 11 millones de muertes por año en todo el mundo, o entre el 19 y el 24 por ciento del número total de muertes de adultos**.
La directora de medio ambiente, cambio climático y salud de la OMS, María Neira detalló que en caso de que se hicieran los cambios recomendados en la agricultura por sí solos, podrían ayudar a los 3 mil millones de personas en el planeta Tierra que actualmente no tienen acceso a una dieta saludable, sostenible y asequible. Lo que se traduciría en prevenir más de 5 millones de muertes relacionadas con la dieta para el año 2050**.
Espero que con estos antecedentes tenga usted una mejor perspectiva para juzgar y comparar lo que se está haciendo en Glasgow, donde para variar México puso la nota al negarse a firmar el Acuerdo Internacional para “detener y revertir la deforestación y la degradación de la Tierra” para 2030, y en el último momento se adhirió.
Ante las críticas que recibió el presidente López Obrador, él, con sus “otros datos”, dijo en la mañanera que ese acuerdo fue una propuesta de México, que se inspiró en el programa Sembrando Vida, en el cual se están invirtiendo mil 200 millones de dólares.
¡Sin comentarios!
*https://laventanaciudadana.cl/el-club-de-roma-y-los-limites-del-crecimiento/
**https://www.newsweek.com/cop26-climate-change-conference-studies-who-ipcc-1644552