*La Constitución al gusto
Desde siempre los presidentes ansían como el momento de éxtasis místico de sus vidas, la ceremonia de toma de protesta del cargo, y aunque son muy claros los compromisos que adquieren. Más tardan en rendir protesta que en anunciar las modificaciones que piensan hacerle a lo único que acaban de comprometerse a respetar y hacer valer.
En México el Artículo 87 constitucional claramente le ordena al presidente al tomar posesión de su cargo expresar lo siguiente: "Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande"*.
Tales palabras pronunciadas en una sesión solemne ante el Congreso de la Unión, no son un mero formalismo ni una sugerencia optativa; se convierten en una obligación y compromiso ineludibles de obediencia y respeto a los ordenamientos que rigen a este país de manera integral.
En sus 106 años de vigencia la Constitución mexicana llega con 764 modificaciones y 252 decretos de reforma.
Y para no hacer muy largo el cuento recordaremos que durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien profundizó el modelo neoliberal en México, se reformaron 55 Artículos; Ernesto Zedillo reformó 78 Artículos. Al inicio de ese sexenio tuvo lugar una profunda reforma en la organización y el funcionamiento del Poder Judicial de la Federación; se redujo el número de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y se modificó el mecanismo a través del cual se les nombraba**.
Para iniciar el siglo XXI, al correr el sexenio de Vicente Fox se modificaron 31 Artículos del texto constitucional; con Felipe Calderón se reforma el texto de la Constitución en 110 ocasiones; en el mandato de Enrique Peña Nieto los artículos del texto constitucional se reformaron 155 veces.
En 30 años (1988-2018), la Carta Magna se modificó 429 veces; cinco presidentes hicieron más del 56% de los cambios que ha sufrido en más de un siglo desde su aprobación; en un país en plena efervescencia, en medio de brotes anárquicos y una lucha sanguinaria por el poder.
4T, LA CONSTITUCIÓN Y LA SUPREMA CORTE
En lo que llevamos de la autollamada 4T, según los conocedores del tema, la Constitución no se libró de la voluntad e ideología presidenciales, con la distinción que a “las iniciativas para su aprobación no se les modificara ni siquiera una coma” por parte de los 500 diputados y 128 senadores.
En 2019 se modificó la naturaleza de la Guardia Nacional y se incorporaron distintas conductas al catálogo de delitos en los que los órganos jurisdiccionales deberán ordenar prisión preventiva de manera oficiosa; se modificaron diversas disposiciones constitucionales en materia educativa que establecerían que corresponde al Estado la rectoría de la Educación y echó abajo muchos de los cambios constitucionales en materia educativa aprobados en el sexenio anterior, como la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)**.
Se consagró en el texto constitucional la obligación de observar el principio de paridad de género en diversos ámbitos al igual que el reconocimiento a los pueblos y comunidades afro-mexicanas como parte de la composición pluricultural de la nación.
Una reforma “de gran trascendencia” en este sexenio es la publicada el 8 de mayo de 2020. Con esta reforma se crea el Sistema de Salud para el Bienestar. Se establece, además, que el Estado garantizaría la entrega de un apoyo económico a las personas que tuvieran discapacidad permanente y se determina que las personas adultas mayores tendrían derecho a recibir por parte del Estado una pensión no contributiva. Esta reforma también señala que el Estado tendría que establecer un sistema de becas para los estudiantes de todos los niveles escolares del sistema de educación pública**.
En 2021 hubo otra iniciativa para cambiar la estructura y funcionamiento del Poder Judicial de la Federación. Con ella se crean los Tribunales Colegiados de Apelación en sustitución de los Tribunales Colegiados de Circuito y los Plenos Regionales en sustitución de los Plenos de Circuito. Además, también se establece la obligatoriedad del precedente judicial y se creó la Escuela Federal de Formación Judicial.
Lo impresionante por inverosímil, es la ofensiva y alevosa campaña de agravios, injurias, descalificaciones y ultrajes al Poder Judicial en general y a la Suprema Corte en particular para hacer escarnio de la profesión y la misión que tienen encomendada para impartir justicia y garantizar el respeto a la letra de la propia Constitución.
Paradójicamente una de las modificaciones legales aprobadas recién, es el reconocimiento de la Formación Judicial como requisito de los abogados para lograr su desarrollo profesional y alcanzar niveles de excelencia, cuando por otro lado el presidente asegura: “No tiene remedio el Poder Judicial, está podrido, están actuando de manera facciosa”.
Según el Ejecutivo Federal -los miembros de- la Suprema Corte de Justicia “ahora forman parte del supremo poder conservador, que están dedicados a obstaculizar la transformación del país, para sostener al viejo régimen, el antiguo régimen de corrupción y de privilegios”. Todavía más: “hay un entorno muy conservador, muchas presiones del bloque conservador que tiene uno de sus brazos en la abogacía. Es muy difícil encontrar abogados que defiendan al pueblo, son minoría, porque a todos los formaron para proteger intereses de las minorías, de la oligarquía”***.
Incluso ya se anunció que como los jueces “son autónomos, pero autónomos para robar”, el presidente Andrés Manuel López Obrador buscará presentar sanciones penales contra los jueces que no actúan a favor de la impartición de justicia***.
Con base en lo anterior no es de extrañar que en la Encuesta Nacional de Cultura de la Legalidad en México, 7 de cada 10 personas consideran que la ley se respeta poco o nada, según reporta el Instituto Belisario Domínguez y no sólo eso el 49% de las personas considera que la ley se respeta poco en nuestro país y el 21% cree que nada, en tanto que también el 70% de los encuestados manifestó tener poca o nada de confianza en presentar una demanda a través de Internet; esto debido fundamentalmente a que creen que serán ignoradas.
Pareciera que en este país las leyes pudieran ser optativas o ya lo son para muchos.
Entonces, como ya vimos, ni los presidentes respetan en lo elemental su protesta y los jueces, ministros y magistrados son un poder faccioso, podrido y perverso, según el Ejecutivo y desde ahora el Legislativo está “auscultando” cómo volver a modificar la Constitución para reformar al Poder Judicial.
Bonito escenario tenemos para las siguientes generaciones.
*https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-91932008000100004#:~:text=Jurar%
**https://contralinea.com.mx/interno/semana/constitucion-106-anos-y-764-modificaciones/
***https://www.jornada.com.mx/notas/2023/05/10/politica/amlo-esta-podrido-el-poder-judicial-
**** Encuesta Nacional de Cultura de la Legalidad: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/handle/123456789/5884
ºhttps://www.eluniversal.com.mx/nacion/amlo-buscara-presentar-sanciones-penales