*Perder la Cordura
Existe una sentencia latina que ilustra notablemente el pensamiento de los antiguos romanos y que resulta reconfortante leerla a estas alturas de la vida: “Potius Mori Quam Foedari” < Antes morir que deshonrarse>. Bien valdría la pena, que alguien la recordara en Palacio Nacional, tempranito; antes de que amanezca.
Como bien nos recuerda doña Carmen Saucedo Zarco: el Salón Tesorería del Palacio Nacional (hoy Salón Guillermo Prieto), “Es el salón más grande y mejor iluminado de Palacio Nacional. Es uno de los espacios más elegantes, no por su amplitud ni por el suntuoso piso de mosaico, sino por la sobriedad dorada de sus bronces, la proporcionada repetición de sus elementos constructivos y decorativos y la luz natural que se filtra a través del block de vidrio. Ese es el magnífico marco de las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador”.
En ese “magnífico salón”, hoy convertido en escenario (foro) para discursos, actuaciones de músicos, declaraciones de funcionarios, presentación de programas, proyectos, ofrecimiento de disculpas, simulaciones de conferencias de prensa, púlpito laico para la recriminación, injuria, vilipendio y descalificación de “conservadores”, “fifís”, corruptos, “mudos ante el crimen” y los nuevos protagonistas: los “aspiracioncitas”. En ese salón que nada tiene de austero, sencillo, humilde, sobrio o moderado, ha sido escogido como el lugar ideal para hablar de humildad, pobreza y moderación a ultranza.
Quiero recordar aquí que los políticos bajo el frenesí de sus arengas, muchas veces olvidan el verdadero significado de las palabras. Según el diccionario de Martín Alonso, entre las varias acepciones de la palabra “Aspiración”, significa: “En la teología mística (a la que según AMLO es tan asiduo) afecto ardiente que impulsa el alma hacia Dios”.
Tal vez las palabras arribista, oportunista o trepador, reflejen con mayor claridad el concepto que el mandatario quiso mencionar cuando se refirió a las clases medias (porque no hay una sola) al hablar de los aspiracionistas.
Arribista: “Intento y deseo de llegar a la cumbre del poder, de la fama o de la riqueza, sin valorar si los medios utilizados para ello son éticos o no”. Creo que esas palabras describen con una muy buena aproximación la vida y esfuerzos del propio mandatario y de varios de sus colaboradores anteriores y presentes. Pues muchos de ellos sin experiencia o antecedentes profesionales, laborales o políticos, se encuentran desempeñando funciones para los que él mismo ha reconocido que no son aptos, salvo por su pobreza que también él pretende equiparar con honestidad y en algunos casos existen carpetas judiciales prudentemente guardadas o archivadas para ser utilizadas en caso de alguna desobediencia o rebelión.
Hace apenas un mes, el periodista René Delgado entrevistó a Porfirio Muñoz Ledo, todo un personaje de la política nacional desde hace medio siglo, la cual intituló “Párale Ya”, en donde el exembajador, legislador, secretario de estado y otros cargos precisó: “hemos pasado de la Transición Democrática al riesgo de la Regresión Autoritaria”, “porque aunque varios han dicho que el presidente está “pirado” yo no lo creo”. “Creo que está mareado, el poder y sus colaboradores abyectos lo han mareado”. “Él y nosotros teníamos un programa claro de cambios, pero se fue transformando”.
Con esas palabras de un hombre que fuera muy cercano al político tabasqueño, creo que resume claramente cómo el poder afecta a quien quiera que llegue a estar en una posición de tan amplio poder que le impide mantener la prudencia, la seriedad y la cordura que debería imponer una responsabilidad tan grande como la primera magistratura de un país de más de 120 millones de individuos.
El hecho de que un mandatario se atreva a calificar de traidores, egoístas, manipulables y desconsiderados a casi el 40% de la población, ya de suyo merece una reflexión muy seria sobre el estado anímico, emocional o de salud del presidente, pero llegar a decir: "Ministros íntegros son pocos, es la minoría, lo que predomina desgraciadamente en el Poder Judicial es la defensoría de los intereses creados del antiguo régimen, -ese-poder- no está al servicio del pueblo, está al servicio de las minorías, al servicio del dinero", Resulta aún más grave, o cuando menos digno de una explicación que matice tal desafío y descalificación a otro Poder del Estado.
Peor aún, el que una ex ministra de la Suprema Corte, hoy secretaria de gobernación, no descalifique, matice o corrija tales dislates es en verdad para pedir auxilio.
Es perfectamente sabida la venalidad de algunos jueces y magistrados pero de ahí, a que se pueda calificar a todo el Poder Judicial como una enorme gavilla o el “Cártel de la Toga” y, que “solo haya una sola persona capaz de enfrentar con decisión y para siempre la corrupción en la Judicatura”, eso es ya una ofensa de carácter mayúsculo y ningún Ministro de la Corte se ha atrevido a defenderse. ¿De veras será tan sólidas las afirmaciones del presidente para que nadie del Poder Judicial se defienda?
Hasta ahora ¿qué es lo que se ha ganado denostando y evidenciando al Poder Judicial como el poder de la corrupción, el nepotismo y la venalidad? ¿Por qué no se ha destituido y sometido a juicio a los sospechosos o acusados? ¿Por qué todo queda en acusaciones generales ofensas y amenazas y no se concreta en actos específicos?
Una forma de definir cordura es la “Capacidad de pensar y obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad”. Me pregunto ¿que tanto se nos ha deteriorado esa facultad que ya no podemos hablar y actuar comedida, educada y maduramente, sino que todo se vuelve acusaciones, descalificaciones y leperadas?
Para finalizar le recordaré unas frases de tres aspiracionistas:
“El que no sienta ganas de ser más, llegará a no ser nada “. Miguel de Unamuno.
“El que no tiene metas sufre su destino, el que las tiene; lo crea” Immanuel Kant.
“La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser”. José Ortega y Gasset