*Que se vaya “Alito”, claman priístas
Desde hace décadas, insistentemente las dirigencias del PRI han señalado que en este instituto político nunca han existido divisiones ni descontentos, pero esto siempre se ha presentado a pesar del disimulo.
Basta tan sólo recordar que en innumerables ocasiones, miles y miles de militantes y simpatizantes que integraron los sectores del PRI, tuvieron que aceptar en contra de su voluntad a quienes ocuparían puestos directivos en el partido, local y nacional, hasta los que estarían en los puestos de elección popular, teniendo esa militancia que comportarse y aceptar los designios que les marcaban a cambio de promesas de mejorar su vida, lo que no ocurrió, y de ahí su renuncia al partido paulatinamente que inició a fines de los años ochenta.
Esas reacciones de inconformismo, también fueron manifestadas por las juventudes priístas (el llamado Frente Juvenil Revolucionario, hoy conocido como la Red Juvenil X México), al no ser tomadas en cuenta por las dirigencias en la toma de decisiones, con lo que crearon fuerzas opuestas, que, si bien no fueron peligrosas por el débil apoyo que en ese momento tenían, año de 1986, se fecundaba un éxodo.
Y fue así, que el descontento de los jóvenes del tricolor se fue acrecentando, no sólo por la conducción autoritaria que realizaba la cúpula del partido, sino que se añadía la falta de participación de sus miembros en la vida misma de la institución, lo que se vivió a nivel estatal primeramente y que más tarde se acrecentó a nivel nacional.
Y ante esas indiferencias, y la equivocación de la dirigencia del PRI que incorporaba únicamente a sus filas a las juventudes en un proceso de integración de masas, no del todo convencida, fue creando “sus propios cuervos”; juventudes que en 1987 fueron aprovechadas por la llamada Corriente Democratizadora del PRI que les dio cabida, con una opción de participación y cambio para este sector.
Hoy, pasados los años, son parte del Movimiento de Regeneración Nacional y claro que para seguir tapando el ojo al macho y ocultar lo siempre vivido, los actuales dirigentes priístas no se desprenden del clásico discurso, “no hay divisiones” “no hay descontentos” “hay unidad”.
Pero eso de nada sirve, porque desde hace algunos días, públicamente un sector importante de militantes y simpatizantes, agrupados en la corriente opositora priísta denominada “Movimiento Líder”, que dirige José Encarnación Alfaro, quien ha señalado a nombre de los miembros de la agrupación, formada en 2018, su rechazo total al actual Comité Ejecutivo Nacional CEN del partido, y consideran necesario cambiarlo y no esperar que termine su gestión en Agosto de 2023.
Y todo inicia, cuando con tremendas mañas Alejandro Moreno Cárdenas ganó el proceso interno para la elección de la dirigencia del CEN del PRI por el periodo, 2019-2023, con 2 millones de votos, sin embargo en enero de 2020, siendo ya el presidente del partido le reportó al INE un padrón de 1 millón 500 mil militantes, entonces de dónde salieron esos 500 mil militantes para que sumaran los 2 millones de votos.
Y claro que las causas de inconformidad se fueron acumulando en el tiempo que lleva la actual dirigencia del PRI que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, hoy mejor conocido como “Alito”; entre las más recientes que se produjeron y que dieron al traste, lo que hoy es el PRI, a decir de José Encarnación Alfaro, es cuando el presidente del partido permitió que la Secretaria General del CEN, Alma Carolina Viggiano Austria, aceptara participar como candidata a gobernadora del Estado de Hidalgo, y luego por el PAN, dentro de la coalición Va por México, “y eso implicó en términos de ética política, una incongruencia una deshonestidad, cuando Alma Carolina Viggiano Austria tuvo que separarse del cargo y permitir que otro cuadro del partido se ocupara de la realización de los trabajos de esa secretaría, en los momentos en que se estaba compitiendo en la elección de gobernadores en 6 estados del país.
“Y ese proceder, impacto en la opinión, en el sentir y en la reflexión de miles de militantes y simpatizantes en el Estado de Hidalgo”.
De igual manera el desprecio de la militancia hacia su dirigencia, agrega Encarnación Alfaro (quien participó junto con Ivonne Ortega en la anterior elección por la dirigencia del PRI), fue que “Alejandro Moreno Cárdenas, en lugar de haber estado preocupado y ocupado por los procesos locales, estaba más bien atendiendo su promoción para ser candidato a la Presidencia de la República, primero en el PRI y luego en la alianza “Va por México”, tan es así, que hasta se montó un evento en Nuevo León, para que lo destaparan como candidato presidencial”.
Ante esto, consideran los integrantes de “Movimiento Líder”, a decir de José Encarnación, que si bien es válido que el presidente del CEN aspire a ser el candidato para la Presidencia de la República, debe darlo a conocer y separarse del cargo, porque si no se constituiría en juez y parte, y estaría lastimando los derechos de aquellos militantes que desean aspirar al cargo; ya tuvimos una mala experiencia cuando Roberto Madrazo era presidente del CEN-PRI y se autoproclamo candidato a la Presidencia de la República, perdimos la elección, no nos fue nada bien como partido.
Y mientras eso ocurría, sostiene el de la voz, “el secretario de Organización en lugar de estar metido en las tareas de activismo, de movilización, de supervisión de las estructuras, mejor aprovechó su cargo y las instalaciones del comité nacional, para anunciar su interés de buscar la candidatura al gobierno del Estado de México, en plena campaña electoral.
“Es decir, la ocupación de esta dirigencia nacional ha estado alejada del interés de todos los militantes del partido”.
Finaliza diciendo quien maneja el “Movimiento Líder”: “Lo que conviene al partido en este momento, es la elección de una nueva dirigencia que permita construir mejores condiciones para competir con mejores expectativas en los procesos de Coahuila y del Estado de México (2023), y por supuesto en la federal (2024), para darle una dimensión distinta a lo que es la alianza Va por México, y no sólo una suma pragmática aritmética, sino constituyendo una verdadera alternativa de nación”.
Como vemos, ya está haciendo insostenible la presencia de Alejandro Moreno Cárdenas y su en el CEN del PRI, a pesar del “apoyo” que le hicieron sentir hace unos días los dinosaurios, ex presidentes de ese partido, la mayoría de ellos mafiosos de la política, también causantes de la pobreza extrema en que quedó el país bajo la gestión de sus abanderados a partir del innombrable y perverso Carlos Salinas de Gortari y aliados políticos léase el PAN.
Entre tanto, los integrantes del “Movimiento Líder” quienes impugnan por la refundación del tricolor, solicitan a gritos que la dirigencia haga un acto de autocrítica de reflexión, responsable, profesional y congruente y dejen los cargos de la dirigencia lo antes posible, porque cada vez se ven más cercanas las elecciones para gobernadores en los estados de México y Coahuila, año 2023, y hay mucho trabajo que hacer, cuando son las últimas entidades en donde aún gobierna el PRI.
Pero como “Alito” no se irá del partido de acuerdo a los estatutos priístas, quién sabe si por la vía judicial lo tenga que hacer. Más si se queda, y ajustado a su protagonismo, seguro quedará en la historia como uno más de los sinvergüenzas priistas, y gracias a él, se decretará por fin la desaparición del PRI. Mientras tanto, así van las cosas, que si van bien.
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