Ya se supo por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador cambió el tema del discurso que pretendía pronunciar el pasado 16 de septiembre, durante la celebración de la independencia de México.
Como se sabe, don Andrés había anunciado que haría férrea defensa de la energía eléctrica nacional y a las hostilidades que sobre el asunto estaban fraguando sus socios comerciales Estados Unidos y Canadá.
Pero dos días antes dijo textualmente en su mañanera: “Pues aprovecho para decirles que no voy a referirme el 16 a ese tema, voy a hablar sobre la paz en el mundo y sí voy a hablar sobre la postura de México sobre la guerra de Rusia y Ucrania, y voy a presentar una propuesta a Naciones Unidas para conseguir la paz”.
Bueno, pues resulta que cuando se dijo a conocer la propuesta para que el presidente de Ucrania recibiera el premio nobel de la paz, así explotó don Andrés el miércoles en su mañanera: “Con todo respeto, el Parlamento Europeo proponiendo como candidato a Nobel de la Paz al presidente de Ucrania. Independientemente si participamos a favor de uno o de otro, ¿cómo uno de los actores en el conflicto en la guerra va a recibir el Nobel de la Paz?
“¿Qué, no hay otros que luchan por la paz? ¿Por qué no el papa Francisco, el mismo director de la ONU? Y debe de haber muchos, muchos más”.
Lo curioso de esto es que estas palabras las pronunció López Obrador sin mediar pregunta al respecto y por ello algunos lectores nos hacen la reflexión que solo le faltó decir abiertamente “aquí estoy yo con mi discurso del 16 de septiembre pasado”…
¿Será?
No es descabellada la especie.
¿O no lo cree usted, grilloso e imaginativo lector?