Por Efrén Páez Jiménez
La instalación de las redes 5G representa la mayor evolución del sector de telecomunicaciones, ya que les permitirá avanzar de la oferta de comunicaciones tradicionales como voz o Internet, a ofrecer nuevas soluciones para diferentes industrias. Sin embargo, se requerirán grandes montos de inversión que permitan habilitar estas nuevas soluciones, que no podrán ser ejercidas bajo el modelo actual de regulación presente en Europa, coincidieron directivos durante el Foro del Centro de Regulación en Europa (CERRE).
Durante el panel titulado ‘Conectados a través de la recuperación de Europa: debatiendo con los líderes de la industria’, los directivos de Telefónica y Vodafone fueron críticos del marco regulatorio que prevalece en Europa que, con un gran enfoque en los precios bajos, ha sacrificado la innovación y la inversión en nuevas redes.
José María Álvarez-Pallete, CEO y presidente de Telefónica, criticó que los servicios de telecomunicaciones son el único sector del que se espera que sea “eternamente deflacionario”, a diferencia de otros como la comida, la ropa o la educación. Destacó que a diferencia de estándares como GSM o UMTS, que fueron desarrollados por Europa, la región se quedó rezagada en el desarrollo de LTE ó 5G, “porque preferimos destinar dinero a instalar cinco antenas en cada techo”.
“Tenemos más de 400 operadores móviles en Europa. Hemos creado una competencia artificial para rebajar los precios, por lo que estamos transfiriendo muchísimo valor de las telecomunicaciones a los consumidores de manera artificial, en detrimento de tener mejores redes”, sentenció el directivo. Advirtió que en el sector se han destruido hasta 300 mil millones de euros en valor durante los últimos diez años.
Nick Read, CEO de Vodafone, indicó también que el sector de telecomunicaciones en Europa “tiene un retorno de capital tan bajo, que no podemos invertir más”. Señaló que existe actualmente una brecha de inversión de 40 mil millones de euros al año para cumplir los objetivos de conectividad en Europa hacia 2025.
Criticó también que mientras en Europa hay 39 grupos de telecomunicaciones, en Estados Unidos y China existen sólo tres. “Estamos altamente fragmentados, con hipercompetición, que termina en un precio muy bajo, pero que sufre en calidad de red y cobertura”, indicó Read. En ese sentido, consideró que una consolidación en la región sería saludable para permitir la escala, bajar precios y generar utilidades.
“Creo que tenemos que movernos del antiguo modelo en que la consolidación es igual a un alza en precios –con el que mucha gente está obsesionada– a un modelo en que la consolidación significa redes de mejor calidad y más competitivas a una escala global, que sean realmente innovadoras”, añadió.
Álvarez-Pallete agregó que una política de competencia que busca muchos jugadores no es compatible con tener redes ultra modernas, “se tiene que elegir” entre una u otra.
Por otro lado, el directivo de Telefónica también criticó la falta de una regulación pareja entre los operadores de telecomunicaciones y los servicios over-the-top (OTT). Al respecto, consideró que se requiere rediseñar la política regulatoria sobre mercados relevantes para determinar contra quién y en qué condiciones compiten. “No estamos pidiendo protección, sólo queremos competir con las mismas obligaciones”.
El directivo solicitó a los reguladores europeos “que dejen de recaudar dinero mediante el diseño de caras licitaciones de espectro; revisar las políticas de competencia para permitir la consolidación en cada mercado (nacional); dejar de obstaculizar la innovación; y dejar de discriminar a las telcos europeas. Permítanos competir, no tiene sentido competir con un OTT que se mueve mucho más rápido, cuando yo tengo que obtener la aprobación de cada uno de mis servicios”.
Al respecto, Cristiano Amon, presidente y CEO de Qualcomm, consideró que la falta de infraestructura 5G en la región europea podría tener implicaciones mucho más amplias que superan al sector de telecomunicaciones, ya que esta tecnología representa beneficios para otras industrias y la economía en su conjunto.
“La incapacidad de los operadores para invertir en infraestructura crítica tiene implicaciones más grandes para la sociedad, que si se tiene o no el adecuado nivel de competencia. Cuando piensas sobre la economía digital no puedes tener disparidad en la regulación, porque es la inversión en infraestructura del operador la que habilita el servicio digital en primer lugar. Las consecuencias ahora son más grandes que con 3G y 4G”, puntualizó.