Con el propósito de hacer frente a la escasez de agua potable en el país, el senador Antonio García Conejo impulsa el desarrollo de tecnologías de última generación para la desalación de agua de mar, para uso doméstico.
El legislador del PRD precisó que la falta de normatividad y políticas públicas efectivas para atender el cambio climático y la explotación, uso o aprovechamiento sostenible del agua, han provocado que México viva una de las sequías más graves y severas de los últimos 10 años.
Lo anterior, destacó el legislador en la tribuna de la Comisión Permanente, provocó que en 2021 se declarara “estado de emergencia por la persistencia de condiciones de sequía que afectan las cuencas del país”. Además, dijo que 105 de los 653 acuíferos de México están sobreexplotados.
En este contexto, García Conejo presentó una iniciativa para reformar el artículo 14 BIS 3 de la Ley de Aguas Nacionales, a fin de facultar al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, para desarrollar e implantar tecnologías de última generación de desalación de agua de mar, para uso doméstico, proyecto que fue turnado a la Comisión de Recursos Hidráulicos del Senado.
La desalación, explicó, es una solución alternativa para los problemas de la calidad y cantidad de este líquido vital, que empeoran con el crecimiento global de la población, el calor extremo y la sequía prolongada vinculada al cambio climático.
Al presentar su propuesta, el legislador subrayó que la falta de acceso a este recurso vital afecta a cerca de 10 por ciento de la población mexicana. Entre 12.5 y 15 millones de habitantes, advirtió, no tienen acceso al agua potable, sobre todo del área rural, pero también de zonas marginadas en las grandes ciudades.
Agregó que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, de los hogares que tienen infraestructura para el acceso este líquido, sólo 68 por ciento cuenta con servicio las 24 horas, 25 por ciento recibe servicio de agua esporádicamente y 7 por ciento no la recibe en tubería y la tiene que conseguir en otros lugares.
A esto se suma que la contaminación del agua provoca más de 502 mil muertes por diarrea al año, aunado a la problemática por la falta de agua de uso doméstico, generada por la emergencia sanitaria provocada por la Covid-19.