¿Y la Semarnat?
El secretario de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la Cámara de Diputados, José Refugio Sandoval Rodríguez, propuso exhortar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a remitir un informe sobre los resultados obtenidos en la implementación del Plan de Acción Nacional para Combatir la Desertificación.
Destacó que México tiene una enorme riqueza edáfica, que contiene el 87 por ciento de la diversidad de suelos identificados en todo el planeta. Lamentablemente, según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), 64 por ciento de los suelos presentan problemas de degradación en diferentes niveles, que van de ligera a extrema.
Puntualiza que la degradación de los suelos en México es preocupante, pues significa una alteración de los bienes y servicios ambientales que este recurso natural brinda.
En su punto de acuerdo, turnado a la Tercera Comisión de la Permanente, el legislador también pide que se entregue información sobre los resultados del Programa Nacional Forestal y los avances del Programa de Manejo Sostenible de Tierra, así como del Programa de Conservación y Uso Sustentable de Suelo y Agua.
El exhorto destaca, no obstante, la falta de programas que tengan como objetivo la conservación del suelo, es decir, la protección, mejoramiento y el uso de recursos naturales, acorde a principios que aseguren el más alto beneficio económico y social al hombre y su ambiente, en el presente y para la posteridad.
Considera que entre las acciones que deben realizarse está el análisis de suelo, que permita la aplicación de los agroquímicos adecuados en las cantidades óptimas, evitando los excesos; conservación de los organismos del suelo, a fin de promover el equilibrio de los organismos beneficiosos (microorganismos, bacterias y virus); rotación de cultivos, para lograr un manejo adecuado de los mismos y no depender de abonos y protecciones.
Otras medidas son usar abono verde y sembrar sin el objetivo único de aprovechamiento económico; laborear el suelo, evitando los pisos de arado; explorar sinergias y generar economía de recursos; asociar cultivos anuales con ganadería o la avicultura, lo que puede fomentar el ahorro de energía, la producción de abonos y lograr beneficios para el agricultor y el medio ambiente.
El documento precisa que a nivel internacional se calcula que el 33 por ciento de los suelos enfrenta una degradación de moderada a grave, aunado a que más de 800 millones de personas sufren inseguridad alimentaria.
“De continuar el ritmo de la degradación de los suelos, a nivel nacional y mundial, existe el riesgo de no poder cubrir las necesidades de las futuras generaciones en cuanto a su aprovechamiento, ya sea para uso agrícola, forestal, industrial y habitacional, o bien, servicios ambientales, principalmente de soporte, regulación y provisión”, advierte el punto de acuerdo.