Maty Sarabia denunció el difícil camino que había tenido que enfrentar su hermana Norma, porque cuando fue asesinada los patrones a quienes sirvió durante más de una década le habían dejado de pagar y cuando ocurrió la tragedia estuvo completamente sola.
Así lo narró en las redes sociales: “Me siento con la obligación y el derecho de aclarar situaciones que se han presentado tras el artero atentado que sufrió mi hermana y compañera en el periodismo que tenía como fin silenciar y frenar el trabajo que ella de corazón y sin lucro realizaba.
En primer lugar, ella no laboraba en el periódico Tabasco Hoy; tenía dos años de haber roto relaciones tras el quebranto económico del llamado Grupo Cantón.
Se acumularon muchas quincenas y continuaba enviando sus notas periodísticas tras la promesa que pronto se haría efectivo el pago más al ver que no se concretaba decidió emigrar.
En el velatorio no hubo una corona o arreglo floral del periódico; ningún directivo se presentó a ofrecernos el apoyo moral en agradecimiento por los más de 20 largos años que ella laboró.
La noche del repudiado ataque recibí una llamada de Héctor Tapia directivo de la empresa quien me preguntó si era verdad la noticia que corría como reguero de pólvora; entre sollozos y lágrimas le respondí que sí, me pidió detalles y le colgué; el cuerpo aún tibio de mi hermana estaba a unos pasos; mis padres, hermanas, sobrinos, cuñados y mi esposo se quebraban ante lo que tenía minutos de haber ocurrido. Yo no estaba para dar detalles. Su hijo de 13 años dormía sin saber que no vería más a su mamita.
TABASCO HOY utilizó esta desgracia. No nos buscó para darnos fortaleza y manifestarnos su apoyo moral; el económico no nos interesa ni nos hace falta. Con un arreglo floral ubiese sido suficiente.
La valiente Norma; mi Normis laboraba en el diario EL SOL DE TABASCO; aquí las cosas no fueron mejor; nadie vino a su funeral, tampoco hubo flores. NADIE DIO LA CARA.
Que dolor tan grande saber que ella amó esas empresas, pero en su despedida nadie estuvo.
Estuvieron sus compañeros de abajo, los de a pie; los que como ella buscan diariamente la información. Vinieron también a cumplir y cumplieron con su camarada y su trabajo.
Nos sentimos muy orgullosos del director del SEMANARIO CHONTALPA en donde también laboraba nuestra amada y valiente hermana. Vino, estuvo con nosotros; para él no hubo otra ocupación o compromiso que valiera más que estar con NORMA y con nosotros.
Nos ha ofrecido seguir pagando el sueldo que ella percibía para la ayuda escolar de mi sobrino hasta que alcance la mayoría de edad. Esto nos demuestra el valor sentimental que le tenía a su reportera estrella a quien tenía apenas unos dos años de conocer.
Gracias amigo Mario Vera!
Gracias a quienes estuvieron.
Ahí vimos a los verdaderos amigos, compañeros y familiares.
Gracias infinitamente”.