Durante la pandemia del COVID-19 se experimentó un deterioro generalizado en los ingresos de todos los sectores de la sociedad, lo que provocó que la desigualdad no aumentara, es uno de los hallazgos del tomo 1 titulado Pandemia y desigualdades sociales y económicas en México.
“Lo que nosotros advertimos desde las metodologías de la economía es que hubo una reducción de ingresos en prácticamente todos los sectores de la sociedad; estamos hablando no sólo de un aumento de la pobreza en los sectores más empobrecidos, más vulnerables, pero también una pobreza en el otro extremo, en las clases y grupos con mayor poder adquisitivo, con mayor ingreso; sin embargo, al empezar a reactivarse la economía, la desigualdad estructural se retomó en México”, destacó en entrevista el director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Fernando Lozano Ascencio.
La pandemia del COVID-19, además de que generó repercusiones sanitarias, impactó significativamente los ámbitos económico, político y social de México, argumentó respecto a la obra que forma parte de la colección “La década COVID en México. Los desafíos de la pandemia desde las Ciencias Sociales y las Humanidades”.
Estas consecuencias socioeconómicas son más evidentes cuando se analiza el fenómeno de la desigualdad, como se realizó en el volumen Pandemia y desigualdades sociales y económicas en México, apuntó.
En uno de los capítulos de este tomo se exponen las tasas de letalidad de la población indígena comparada con la población no indígena, donde se evidencia que existe un sector de la población mexicana profundamente discriminado, con numerosas dificultades de acceso a servicios de salud, de vivienda y de educación.
En el libro también se explora cómo son las condiciones de la juventud y el descontento que hay por las desigualdades y las diferencias de acceso a todo tipo de servicios, entre los que se encuentra internet.
“Esas -digamos- desigualdades y problemas estructurales que se vivían antes de la pandemia, tienen que continuar siendo el ojo de las políticas sociales en este país, para romper con procesos que están negando las posibilidades de acceso a sectores que son vulnerables como son la población indígena, la población de ciertos sectores de mujeres, la población infantil, la población juvenil”, planteó el investigador de la UNAM, Lozano Ascencio, quien coordinó el libro en colaboración con los investigadores Marcos Valdivia López y Miguel Ángel Mendoza González>.
Lozano Ascencio agradeció el esfuerzo colectivo que realiza la Universidad Nacional, a través de esta colección. “La posibilidad de que la UNAM pueda ofrecer un punto de vista sobre qué es lo que pasó y hacia dónde podemos ir caminando después de esta grave contingencia, de esta grave crisis sanitaria, es una oportunidad buenísima que nos ofrece”.
Las enseñanzas
A pesar de las consecuencias negativas en materia de desigualdad que arrojó la pandemia, este periodo también generó valiosas enseñanzas, indica el especialista universitario, sobre todo en la reorganización de las actividades industriales, la posibilidad de desarrollar políticas fiscales y los efectos positivos en los aumentos a los salarios mínimos.
“Hay una enorme posibilidad de que realmente México pueda estar en condiciones de disminuir las desigualdades económicas y sociales prevalecientes y estructurales”.
Como parte de las conclusiones, Lozano Ascencio aseguró que otra de las enseñanzas de la pandemia en materia económica consiste en la capacidad que tiene la población para aportar, particularmente de los trabajadores migrantes, con sus remesas.
“El golpe que hubiera tenido la economía sin esas transferencias tan importantes de los migrantes, que residen sobre todo en Estados Unidos, hubiera sido devastador”.