¿Los escucharán?... se cruzan apuestas
La Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhortó a la secretaría de Salud federal, así como sus homólogas en los estados y autoridades del ramo en municipios y demarcaciones de la Ciudad de México, que refuercen la estrategia para capacitar, certificar y acreditar al personal médico de todos los hospitales, sin descuidar la atención de la pandemia de Covid-19.
El senador del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín, dijo que no podemos sustraernos de la realidad, por lo que es necesario mejorar la capacitación de los médicos y del personal de Salud.
Destacó que también se debe preparar a los mejores elementos, para luchar contra enfermedades que debieran ser declaradas enemigos permanentes de nuestra sociedad y, por lo tanto, de nuestro gobierno.
“No perdamos el ánimo de celebrar lo que tenemos, porque tenemos grandes y extraordinarias instituciones, como las universidades públicas, las cuales es necesario defenderlas y luchar y hacerles un profundo reconocimiento”, indicó.
El diputado Reginaldo Sandoval Flores, del PT, manifestó que el objetivo del proceso de certificación es brindar un servicio de calidad a los pacientes, así como reconocer a las y los médicos que colaboran en las diversas instituciones de salud.
Lo anterior, agregó, es muestra del nuevo enfoque en materia de salud, que adoptó el presidente Andrés Manuel López Obrador, para alejar los intentos privatizadores y reconocer que el objetivo final de la política en esta materia es el bienestar de las personas.
Además, condenó el homicidio del pasante de medicina, Erick Andrade, quien prestaba su servicio en la clínica del Salto, en Pueblo Nuevo, Durango. Estaba a 15 días de concluir su servicio social. “Es increíble que el crimen organizado siga cobrando vidas de personas inocentes y con futuros comprometedores”.
En el dictamen, senadores y diputados señalaron que la Covid-19 ha tenido un impacto enorme en las personas, los sistemas de salud, los programas de salud pública y las economías de todo el mundo.
Lo que generó, como efecto secundario, que 90 por ciento de los países haya sufrido interrupciones o reducciones sustanciales de sus servicios de salud esenciales, desde el inicio de la pandemia, especialmente en materia de enfermedades no transmisibles.
Ello, en gran medida, por la carencia del personal de salud que fue designado para atender la contingencia del coronavirus, advirtieron los legisladores.