El presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció por dejar de rechazar a los migrantes, jóvenes en su mayoría, porque para crecer se necesita de fuerza de trabajo y consideró necesario iniciar el proceso para la desaparición de la Organización de Estados Americanos, OEA.
Lo dijo en ocasión de la celebración del 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar.
Y añadió:
“Si en realidad Estados Unidos y Canadá no tienen con suficiencia mano de obra. ¿por qué no estudiar su demanda y abrir ordenadamente el flujo migratorio?
“Y en el marco de este nuevo plan de desarrollo conjunto deben considerarse la política de inversión, lo laboral, la protección al medio ambiente y otros temas de mutuo interés para nuestras naciones.
“Es obvio que esto debe implicar cooperación para el desarrollo y bienestar de todos los pueblos de América Latina y el Caribe.
“Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia.
“Digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos; apliquemos, en cambio, lo principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos.
“Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica. La propuesta es ni más ni menos que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades.
“En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que afortunadamente existen en todos los países de nuestro continente.
“Lo aquí planteado puede parecer una utopía; sin embargo, debe considerarse que, sin el horizonte de los ideales, no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo. Mantengamos vivo el sueño de Bolívar”.