El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), de la Cámara de Diputados, destaca que de 2010 a 2018 se fomentó el empleo principalmente para personas con secundaria completa (34.23 por ciento), por encima de quienes cuentan con un nivel de educación media superior y profesional (24.17 por ciento).
Las fuentes de trabajo para personas con primaria terminada o primaria inconclusa representaron 41.5 por ciento (23.7 y 17.8, respectivamente) de toda la población económicamente activa ocupada en México.
En el documento “La respuesta institucional al problema del mercado de trabajo. Evaluación de diseño al Programa de Apoyo al Empleo”, el CESOP precisa que las plazas laborales se generaron primordialmente en el sector terciario -servicios y comercio- que absorbieron el 56 por ciento de los trabajos (36.1 y 20.5 por ciento, respectivamente).
La agricultura generó 18 por ciento, la industria manufacturera, 12.9, y la de la construcción 12.3 por ciento. Además, dicha estructura en el mercado de trabajo conduce a salarios por debajo de los 10 mil pesos mensuales.
Detalla que en agosto de 2017 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que 80 por ciento de trabajadores obtiene salarios por debajo de los 10 mil pesos al mes. El otro 20 por ciento, entre 12 mil 947 y 53 mil 607 pesos mensuales.
El CESOP menciona que el mercado de trabajo, tal y como se encuentra actualmente, además de generar un problema de desigualdad de los ingresos, donde quien menos gana percibe el 4 por ciento de quien gana más, conduce a un problema aún más grave: los ingresos en la vejez.
El vínculo entre el sistema de pensiones y el mercado de trabajo está dado por la tasa de densidad de cotización (TDC), que considera el tiempo de cotización en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) y el total en el mercado laboral. Por tanto, entre más alta es la TDC, mayores serán los montos acumulados en el SAR.
Sin embargo, el tiempo cotizado en el SAR tiene una medida, ya que no es lo mismo haberlo hecho durante 10 años con un salario de 2 mil pesos que con uno de 50 mil, por lo que, aunado a la densidad de cotización, existen otros factores que influyen en los ingresos en la vejez: el salario base de cotización, la rentabilidad real de los ahorros en el SAR y la comisión que cobra la Afore por el manejo, entre otros.
Además, los primeros siete deciles perciben los mismos ingresos en la vejez, debido a que en México existe un pilar contributivo, es decir, un piso mínimo establecido en la ley del Sistema de Pensiones.
En ese sentido, añade el CESOP, “si el Estado sigue fomentando este tipo de empleos, no servirá de nada haber cambiado el sistema de pensiones de beneficios contributivos a contribuciones definidas (afores), ya que se seguirán teniendo presiones sobre las finanzas públicas, dado que fue el principal argumento que se esgrimió para el cambio de régimen pensionario”.
Precisa que la respuesta institucional al problema del mercado laboral fue el “Programa de Apoyo al Empleo” de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. La Evaluación de Consistencia y Resultados (ECR) sustenta la creación de la estrategia; sin embargo, los evaluadores se constriñen a documentos presentados con anterioridad sin verificar si la teoría causal que dio lugar al programa ha sido verificada o imputada a nivel internacional.
Menciona que el evaluador le otorga una calificación de entre 70 y 84 por ciento al programa, en cuanto a la lógica vertical, por lo que en sus recomendaciones hace hincapié en aquellas actividades que no están generando componentes.
En cuanto a la lógica horizontal presenta la misma metodología. Para este caso le da una calificación de 76.36 por ciento, ya que los indicadores de la Matriz no son monitoreables, al nutrirse únicamente de los registros administrativos de la Dirección del Servicio Nacional de Empleo, no permiten su verificación de manera independiente.