La senadora María Guadalupe Saldaña Cisneros propuso una iniciativa para reformar cinco leyes en materia ambiental, con el objetivo de salvaguardar las áreas naturales protegidas frente a las actividades mineras.
Al hacer uso de la tribuna para presentar su propuesta, la legisladora por Baja California Sur planteó ajustar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para que se prohíba que en las áreas naturales protegidas se realicen actividades mineras en las que se utilice cianuro o mercurio.
También impulsó modificaciones a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, para prohibir que se autorice el cambio de uso del suelo de terrenos forestales, tratándose de proyectos mineros que se ubiquen dentro del polígono de áreas naturales protegidas.
Además, pidió que en la Ley de Aguas Nacionales se prohíba concesionar el uso y aprovechamiento de aguas nacionales superficiales o subterráneas, en relación con proyectos mineros dentro de áreas naturales protegidas.
Asimismo, consideró que en la Ley Federal del Mar se debe incluir la prohibición de llevar a cabo y autorizar proyectos mineros en el mar territorial, para la extracción y el aprovechamiento de recursos minerales del lecho marino.
De igual modo, Saldaña Cisneros propuso que en la Ley Minera se prohíba otorgar concesiones mineras de proyectos de minería a cielo abierto, de manera parcial o total, cuando éstos se ubiquen en áreas naturales protegidas.
Explicó que las áreas naturales protegidas son figuras creadas por primera vez en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente de 1988.
“La finalidad de proteger este tipo de superficies fue originalmente la conservación y preservación de sus condiciones y recursos naturales y servicios ambientales milenarios y únicos, respecto de las actividades humanas contaminantes”, precisó.
Refirió que estas áreas se crearon para evitar que la conducta humana las destruya o que se afecten procesos ecológicos, ecosistémicos y de supervivencia de la biodiversidad y del propio ser humano.
“La minería no es una actividad compatible con ecosistemas complejos y frágiles, como los de las áreas naturales protegidas, en donde la vida entera depende de su conservación y preservación para seguir brindando beneficios a la especie humana”, remarcó.
La minería y las áreas naturales protegidas, continuó, son opuestas.
“Este tipo de actividad humana no es sustentable en ninguno de sus componentes, ni lo será nunca; los negocios mineros han sido y seguirán siendo eso: negocios preponderantemente económicos, cuyo fin más importante es el lucro y no la protección ambiental”, resaltó.
Aseveró que, sin lugar a dudas, la minería a cielo abierto, que usa mercurio y cianuro, es la actividad extractiva más nociva para el medio ambiente.
“Resulta una contradicción, o necedad, de nuestro marco jurídico que una actividad tan destructiva no se encuentre expresamente prohibida y menos aún dentro de las áreas naturales protegidas y, por lo tanto, quede abierta la posibilidad de que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la autorice”, acotó.
Por ello, Saldaña Cisneros refirió que es urgente erradicar la idea de que es necesario perder nuestra riqueza natural para mejorar nuestra economía y, en el futuro, revertir el daño y crear una zona restaurada.
“En la práctica, esto no se ha dado jamás por la sencilla razón de que es imposible revertir los daños y efectos negativos causados al estado en que se encontraban las condiciones ambientales originarias”, puntualizó.
De este modo, concluyó la senadora de Acción Nacional, es fundamental contar con leyes más firmes para que las áreas naturales protegidas cumplan sus objetivos principales de preservación ambiental.
La iniciativa se turnó a las comisiones unidas de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, y de Estudios Legislativos.