“Todos somos susceptibles a infectarnos de COVID-19 y los números suenan cada vez más impresionantes; no obstante, hasta ahora sabemos que alrededor del 80 por ciento de los casos pasan por una enfermedad muy leve, incluso, puede haber personas que ni siquiera lo noten, o que presenten fiebre y malestar, pero que después de estar 15 días en su casa sanen sin consecuencias”, afirmó Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.

Al participar en el “Café científico virtual”, organizado por el Instituto de Energías Renovables, con el tema “Un nuevo virus emergente, el coronavirus SARS-Cov2: situación actual en México y en el mundo”, precisó que de la población detectada y con los indicadores disponibles hasta el momento, sólo 15 por ciento llega a tener una complicación severa, como una neumonía que los lleva al hospital, y casi cinco por ciento requiere cuidados intensivos con respiración asistida.

En México, la COVID-19 ha afectado a población más joven debido a que padecen otras enfermedades como hipertensión, obesidad o diabetes, resaltó.

Hasta ahora, 60 por ciento de los susceptibles son hombres y 40 por ciento mujeres. De los pacientes positivos, 82 por ciento son ambulatorios y 18 por ciento han sido hospitalizados; y uno por ciento está intubado, detalló la experta universitaria.

Expuso que con base en los primeros 50 mil casos en China, se dedujo que una persona infectada puede contagiar a dos o tres más, y el índice de mortalidad es de aproximadamente 3.5 por ciento.

Higiene y distanciamiento, las medidas

La científica recordó que el virus se contagia al viajar en las gotitas de saliva y agua que expele una persona infectada al toser, y que alcanzan hasta metro y medio de distancia. Esas gotitas también caen en las superficies de uso común, como mesas o barandales.

Por esa razón se pide el distanciamiento y el lavado frecuente de manos, pues la vía de entrada del virus al organismo es por ojos, nariz y boca. “Debemos evitar tocarnos la cara con las manos sucias”.

El uso del cubrebocas se recomendado para las personas infectadas y quienes las cuidan; en México no estamos acostumbrados a ellos y no sabemos utilizarlos. “En este momento nos dan una sensación de falsa protección; sentimos que traemos un escudo que nos protege del virus y nos olvidamos de no tocarnos la cara. En la calle la gente todo el tiempo lo jala, se lo acomoda, y al final se toca la cara con las manos que podrían estar sucias”. Además, no se debe olvidar que son desechables.

Lo recomendable es mantener la calma, ésta es una enfermedad que no debe asustarnos, reiteró la experta. “El virus no está en el aire y el 80 por ciento de los casos son leves”. En tanto, las personas con diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares o tabaquismo deben extremar precauciones para no infectarse, porque pueden complicarse con mayor facilidad.

También, subrayó, es ideal buscar fuentes de información serias para evitar estar mal informados y aplicarse vacunas cuando las hay, no sólo para COVID-19, que aún está en desarrollo.

“Hay prototipos en varias partes del mundo, pero deben pasar por ensayos clínicos, demostrar que no causan daño y que inducen anticuerpos que protegen, por lo que no estará lista en menos de un año. En tanto, debemos protegernos con medidas de higiene y distanciamiento”.

López Charretón destacó que éste es uno de tantos virus emergentes de los últimos años. “Hemos escuchado acerca del SARS, chikungunya, influenza, zika y ébola; parece que esto es cada vez más frecuente”.

Una infección emergente puede rebrotar o tratarse de un virus que antes no existía en la humanidad; se explica principalmente porque hay cambios en el rango de huésped de un virus, así se puede dar la transmisión de uno de esos microorganismos que existen en animales salvajes o domésticos, a personas.

A ese fenómeno se le llama zoonosis, “no son un evento extraño, 60 por ciento de las enfermedades humanas se debe a esa causa, así como 75 por ciento de los agentes patógenos que infectan a la humanidad”.

Los brotes epidémicos, cada vez más frecuentes, ocurren cuando el virus “brinca” de un animal a una persona, se adapta y luego comienza la transmisión de humano a humano.

Hoy las enfermedades emergentes son más frecuentes por la sobrepoblación y globalización, con una enorme movilidad de bienes, servicios y personas, a lo que se aúnan los cambios ambientales.

La búsqueda de nuevos sitios de cultivo y de vivienda ha llevado a la deforestación y a la introducción de personas en bosques y selvas, hábitat de animales con los que nunca habíamos estado en contacto, y uno de los factores que podría dar lugar a eventos zoonóticos, concluyó.

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