Dos estudios publicados en 2019, uno en la revista Science Immunology y otro en Science, proporcionan evidencia sobre las consecuencias del sarampión en el sistema inmunológico de niños que padecieron la enfermedad; de acuerdo con estas publicaciones el virus se replica y destruye algunos subconjuntos de células inmunes responsables de producir anticuerpos, causando un fenómeno conocido como “amnesia inmunológica”, porque este virus puede aniquilar hasta 70% del arsenal de anticuerpos de un niño después de recuperarse del sarampión.
Varios investigadores habían observado y documentado que el sarampión dejaba más vulnerables a otras enfermedades y contagios a los niños que habían sobrevivido al virus; muchos de ellos mostraban una respuesta inmune suprimida hasta cinco años después de haber padecido sarampión; incluso datos epidemiológicos previos a la aplicación masiva de la vacuna contra este virus en el siglo XX arrojaban que 50% de los niños que sobrevivían al sarampión fallecían posteriormente por alguna enfermedad infecciosa, pero no tenían evidencia del por qué.
Para el estudio publicado en Science Immunology, los investigadores recurrieron a un grupo de 77 niños holandeses (de edades de 4 a 17 años), de comunidades conservadoras que no habían sido vacunados, y extrajeron muestras sanguíneas antes y después de un brote de sarampión en el año 2013, su hallazgo fue que los niños que fueron infectados habían agotado sus reservas de células B de memoria, que son las células inmunes responsables de mandar en muy poco tiempo un arsenal de anticuerpos a defender al organismo de agentes patógenos.
Por otra parte, en la revista Science se publicó un artículo en el que un grupo de investigadores analizaron el repertorio de anticuerpos de niños antes y después de haber padecido sarampión. Lo que encontraron fue que después de la infección, los anticuerpos de los pacientes perdieron la capacidad de detectar del 11% al 73% de los antígenos que antes podían reconocer.
También encontraron que sí puede haber una recuperación de la memoria inmune, pero es lenta. “Interesantemente, esta pérdida de la memoria inmunológica no se observó en los niños después de la vacunación contra el virus de sarampión”, destacó la viróloga Susana López Charretón.
Ahora que se registra un resurgimiento global de la enfermedad —en la Ciudad de México se han confirmado 16 casos y hay cientos de personas, contactos de los contagiados, bajo observación—, la investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México indicó que el sarampión no sólo es un virus altamente contagioso, pues se estima que una persona puede infectar hasta 18 personas, sino que puede dejar secuelas de por vida como sordera o discapacidad intelectual.
La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias señaló que los casos registrados en la Ciudad de México pudieran deberse a que los enfermos no se aplicaron el refuerzo. “Sabemos que el esquema de vacunación es de dos dosis: la primera es entre los 12 y 15 meses de edad; y la segunda dosis, de cuatro a seis años. No todas las vacunas funcionan igual, muchas se tienen que dar en varias dosis para que se forme una memoria robusta en el sistema inmunológico, y este es el caso del sarampión. La vacuna de la polio requiere tres refuerzos, la de rotavirus tiene dos o tres refuerzos, dependiendo de la vacuna”.
López Charretón comentó que actualmente existe un movimiento a nivel mundial anti-vacunas, gracias al cual se han registrado brotes de sarampión en Estados Unidos y Europa, países en donde hacía décadas que se había considerado como eliminado el sarampión, y recomendó que si una persona piensa viajar al extranjero y desconoce si se le ha aplicado la vacuna, puede solicitar que se le aplique nuevamente.
El sarampión ocasiona en el enfermo fiebre, tos, ojos rojos, salpullido en la piel color rojizo, y en casos severos puede presentar complicaciones tales como neumonía, y encefalitis. “paradójicamente en los países desarrollados hay personas con el poder adquisitivo para comprar las vacunas que creen que vivimos en un mundo con mejor higiene y que por lo tanto no son necesarias las vacunas o que piensan que las vacunas son causantes de enfermedades como autismo, lo cual es otro error”, dijo.
En países de Asia y África que se encuentran en guerra, con inestabilidad política, social y económica, carentes de sistemas de salud sólidos, el sarampión es una realidad cotidiana. Hay casos de bebés con desnutrición en donde se calcula una mortalidad de uno en mil. El sarampión es mucho más mortal que el coronavirus —que tiene una probabilidad de contagio de 2.5 personas—, por lo que la investigadora recomendó que la gente vacune a sus hijos y no los exponga a esta enfermedad y sus secuelas.
“El programa de vacunación en México ha sido muy eficiente, la vacuna se empezó a aplicar en 1963 a la población de manera rutinaria en el mundo y eso hizo que bajara muchísimo la enfermedad y la mortalidad que causa. La triple viral —que también inmuniza para rubéola y paperas— ha sido muy eficiente”, indicó la coautora del libro Pablo tiene sarampión dirigido a padres e hijos, el cual puede ser consultado en el siguiente enlace: https://cutt.ly/AtsvEaU.