Las intensas modificaciones que la humanidad ha hecho al planeta, como la urbanización, globalización y transporte masivo, favorecen que el nuevo coronavirus y la enfermedad COVID-19 lleguen a nosotros, sostienen investigaciones realizadas por médicos veterinarios de la UNAM.

Con nuestro estilo de vida y la alteración de los ecosistemas hemos propiciado saltos taxonómicos, que ocurren cuando los virus pasan de sus hospederos naturales en la vida silvestre, a nuestra especie, señalaron expertos del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud (LEEyUS), de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).

La alteración de hábitats naturales, el comercio legal e ilegal de especies silvestres, el transporte intensivo de animales entre países y mercados traen consigo estos virus que buscan sobrevivir en nuevos hospederos, remarcaron.

Integrantes del LEEyUS presentaron investigaciones relacionadas con el estudio de factores ecológicos y evolutivos que determinan la ocurrencia, dinámica y distribución de enfermedades infecciosas emergentes.

“Frente a la actual emergencia de la COVID-19 en el mundo, estamos ante un enfoque de reacción, control y contención. Lo que necesitamos ante nuevas epidemias, que seguirán llegando potencialmente a los humanos, es un escenario de anticipación, entendimiento y predicción”, subrayó Rafael Ojeda Flores.

Ante esta perspectiva, los expertos del LEEyUS realizan investigación básica sobre los virus, su diversidad y hospederos naturales: especies como murciélagos, roedores y aves que es necesario monitorear. Además, analizan la diversidad viral y sus relaciones con especies silvestres, con las que conviven en un equilibrio que es trastocado por el ser humano al intervenir en la naturaleza, expuso.

Gerardo Suzán Azpiri, investigador principal del LEEyUS, destacó que los virus están en todos los organismos y tienen mucha más variedad que sus hospederos. “Afectaciones humanas que propician cambios drásticos en los ecosistemas y en las especies de animales silvestres son el cambio de uso de suelo, la deforestación y el desarrollo industrial”, alertó.

El investigador consideró que la conservación es un asunto de salud pública, pues la transformación del paisaje y el comercio de animales silvestres favorecen más enfermedades emergentes.

Óscar Rico Chávez, también integrante del laboratorio, destacó que hay gran diversidad viral que no es estudiada. “Conocemos muy poco”.

Comentó que algunos virus están asociados a algunas especies, así que tienen cierta especificidad, “pero con nuestras actividades, a través de la deforestación, fragmentación y modificación del hábitat, estamos seleccionando artificialmente los virus, que pueden estar en todos los tipos de hábitat, principalmente en los perturbados.

“La humanidad favorece ese tipo de selección, cambiando la composición de las comunidades, el ensamblaje de las especies y propiciando que los virus salten a otras especies”, concluyó.

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