*Todas las mujeres de México son primeras damas y ayudan mucho
Yo tengo que agradecerle a mi esposa, compañera, Beatriz, que decidió no ser primera dama y lo ha cumplido.
Y no es abandonar el apoyo al movimiento al que cree, en el que cree, o dejar de ayudarme, no.
Es que ¿por qué primera dama? ¿Y qué, todas las demás mujeres no son primeras damas?
Y a quien se elige, ya sea mujer, ya sea hombre, pero no es a la pareja, también no es pareja presidencial.
Y Beatriz se dedica a su trabajo, es maestra. Y ya también lo digo porque llueven las solicitudes en la Universidad de Puebla, donde trabaja, pidiendo informes sobre sus actividades.
Trabaja ahí, es investigadora y tiene producción intelectual, es escritora, le publican artículos en revistas especializadas de distintas partes del mundo, escribe.
Vivimos aquí, pero ella tiene su espacio, hasta una hojita que dice, palabras más, palabras menos: ‘Haga favor de tocar la puerta y no hacer ruido porque se está trabajando’.
Eso lo pone por mí, pero también por Jesús, porque está en la computadora trabajando en sus investigaciones. Y sí me ayuda, por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con el fomento a la lectura y en otras actividades.
Pero no debe inmiscuirse la familia. También tengo que agradecerles mucho a mis hijos grandes, porque desde hace tiempo tenemos el compromiso: mientras yo esté en activo, ningún cargo para ellos.
Y no deben tampoco desarrollarse a la sombra de lo que por circunstancias fue el papá, cada quien tiene que abrirse camino, salir adelante.
Y me han ayudado mucho en ese sentido, porque no están participando y hasta tengo que agradecerles porque para perjudicarme a mí a ellos les pegan cada vez que pueden; pero también, ¿saben cuántos años llevan así? Pues desde que nacieron.
22/09/2023