El retiro del ministro José Ramón Cossío Díaz se da un contexto histórico en que esta institución está llamada a refrendar ante la sociedad mexicana su compromiso de no bajar la guardia en la protección de los derechos humanos y garantizar el mantenimiento del sistema de pesos y contrapesos, afirmó el ministro Javier Laynez Potisek.

Durante la ceremonia de conclusión de José Ramón Cossío Díaz como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ministro Laynez Potisek señaló que deja una silla muy difícil de llenar.

En el Salón de Plenos de la SCJN, el ministro Laynez Potisek hizo suyas las palabras del ministro Cossío Díaz, quien hace días manifestó que “la Suprema Corte va a tener que contender mucho con el poder político y con otros fenómenos, que no se habían presentado”.

Ante los Plenos del Alto Tribunal, del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el Ministro Presidente Luis María Aguilar entregó, al final de la ceremonia, un reconocimiento al homenajeado, firmado por quienes fueron sus pares en el Alto Tribunal.

En su último mensaje como integrante del Pleno de la SCJN, el ministro Cossío Díaz advirtió que la crisis de la democracia está trastocando la imagen general de la justicia constitucional, lo cual consideró peligroso.

Ello, “porque la democracia, en el apoderamiento de los órganos de Estado, está suponiendo que puede hacerse, desde los órganos de Estado, lo que venga en gana porque al final de cuentas se tiene un gobierno legítimo y mayoritario”.

Y la función central de la justicia constitucional es precisamente retener esos intentos, destacó.

“La justicia constitucional puede morir, así como muere la democracia cuando no somos capaces de generar todos los elementos de refuerzo para ellas”.

Aclaró que los jueces no hacen justicia, “nosotros realizamos jurisdicción, no tenemos una capacidad metafísica, no tenemos una capacidad religiosa, no tenemos una omnisciencia para saber qué es la justicia, sino lo que nosotros hacemos es llevar procesos racionalizados, ordenados, reglamentados para, en las condiciones de un orden jurídico, establecer y dar a cada quien lo suyo, no bajo una intuición, no bajo una entelequia, sino bajo un pensamiento propio”.

Hizo notar que en sus 15 años como juez constitucional en la Primera Sala egresaron 41 mil 381 asuntos, en el Pleno 5 mil 363 asuntos, que sumados dan 46 mil 744, lo que es una cantidad extraordinaria de trabajo, lo cual no hubiera sido posible sin el apoyo de su grupo de trabajo.

Finalmente, el ministro Cossío Díaz agradeció a su equipo de trabajo en la Ponencia, a quienes calificó de inteligentes, inquietos y muy compenetrados, pues “entre todos pudimos hacer cosas interesantes e importantes”. Así como a sus pares y a los medios de comunicación.

El ministro Laynez Potisek también hizo notar que el ministro Cossío Díaz supo conciliar su función de juez constitucional con la academia, la investigación, escribiendo más de 30 obras y coordinando y compilando muchas otras, sin contar, desde luego, sus prolíficas participaciones en cuadernos académicos, revistas especializadas y prensa.

Relató que desde el inicio, a través de sus proyectos, sus intervenciones, sus votos particulares y de sus réplicas, el Ministro Cossío Díaz basó su legado en dos cimientos fundamentales: la consolidación y fortalecimiento de la SCJN como una institución humana, sólida y fuerte, que asegure el equilibrio y los pesos y contrapesos del Poder Político y, segundo, el respeto efectivo a los derechos humanos.

Refirió que como integrante del Pleno y de la Primera Sala del Alto Tribunal, el ministro Cossío Díaz ejerció como juez constitucional desde una perspectiva liberal, comprometido siempre con el Estado de derecho y con los principios que lo definen.

Mencionó que fue un impulsor de asuntos que ahora son fundamentales para el entendimiento de muchas libertades, tales como, la libertad de expresión, igualdad de género y constitucionalización del matrimonio igualitario.

“En materia penal fue propulsor de las distintas expresiones procesales de la defensa adecuada y fundamental para transformar la concepción de las violaciones realizadas en la averiguación previa como violaciones procesales”.

Por último, subrayó los principales rasgos que caracterizan la personalidad del ministro Cossío Díaz: su indiscutible honestidad intelectual; su rigor académico y su integridad en el ejercicio del cargo; “hombre honesto a carta cabal, valor fundamental para una sociedad que exige de los servidores públicos que actúen con ética y principios”.

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