*Traición al Tribunal Constitucional es una etiqueta de vergüenza
El cargo de ministro o ministra, de juez constitucional es irrenunciable, sólo puede hacerlo por causa grave.
Yo pregunto dónde está la causa grave, la consolidación de la cuarta transformación es una causa grave, no lo sé, yo creo que no, mientras aquí la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero ha dado una muestra de dignidad y de aprecio por la República y de aprecio por la Constitución, el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea da una prueba de concluir en la abyección.
Corona su carrera que había empezado perfectamente con argumentos brillantes, con posicionamientos garantistas, con extraordinarios argumentos, el ministro Zaldívar y que los traicionó siendo presidente del Tribunal constitucional.
La reforma judicial, aquí vinieron a decir parte de Morena, en esta tribuna, que se necesitaba una reforma judicial que combatiera el nepotismo que combatiera el clientelismo, que combatiera, que hiciera eficiente la carrera judicial.
Bueno, pues Zaldívar promovió una reforma vana, que sólo favoreció a su narcisismo, no, ya lo dijo bien el senador Zepeda, su intento de dos años más que le constan al senador Bolaños, dos años más, su intento, es de él, el intento es de Zaldívar, no del senador Bolaños.
Despreciando a la Constitución para mantenerse en el cargo, qué vergüenza, qué vergüenza, qué vergüenza de jurista, le da vergüenza a la Corte, le da vergüenza al Poder Judicial, a su escuela, a la Escuela Libre de Derecho, la deshonra.
Bien, ministra, bien ministra Olga Sánchez Cordero, tiene usted mi aprecio y la verdad, la actitud del ministro Zaldívar tiene mi repudio republicano, si él quiere apoyar a Claudia Sheinbaum, está en su derecho como ciudadano, si él quiere renunciar, tiene que renunciar con causa grave, tiene mi repudio republicano.