*Persistencia del viejo y anquilosado sistema político
Desde antes del inicio del actual gobierno federal ya había indicios de polarización y fuerte antagonismo. No se trata puntualmente de una lucha de clases enemigas o de la confrontación de capital y trabajo.
Ambas partes en conflicto alimentan la polarización.
Aunque es parcial hablar de que sean dos bloques enfrentados.
Al interior de ambos bloques hay divisiones internas, en ocasiones parecería que la guerra interna es más destructiva y de lucha más intensa al interior de los bloques. En realidad, no son bloques sólidos ni homogéneos, a su interior son frágiles y unidos por hilos
poco resistentes.
En general, el compromiso con sus seguidores, sus expectativas y necesidades no existe, lo relevante es mantener o recuperar el poder político a toda costa. En realidad. en ambos bloques no importan los principios ni la ética o responsabilidad social.
Los aliados pueden tener principios muy distintos y hasta antagónicos pero lo importante es el poder político que en casi todos los casos es una palanca o puente para lograr poder económico.
En la elección del 6 de junio casi cualquiera ha sido registrado como candidato o candidata. No importan antecedentes y trayectoria en muchas de las personas a votar. Lo que cuenta es la capacidad del
candidato o candidata de atraer votos por su capacidad de comprar o atraer votos.
¿Cómo votar? En primer lugar, no debes dejarte amedrentar o estar temeroso de emitir libremente tu voto. El hecho de recibir un depósito mensual, beca o regalos en la campaña no te obliga a votar por una persona o partido determinado.
Tu voto debe ser libre y razonado. Tú mismo debes decidir por personas y no por partidos o bloques. Debes estar convencido que la persona por la que vas a votar realmente será tu representante en la presidencia municipal, en la diputación local o federal y en la
gubernatura en este último caso si vives en uno de los 15 estados que elegirán gobernadores.
Busquemos elegir a personas con buena trayectoria, sin antecedentes de asociación con mafias y carteles. Personas que sean intachables en su conducta. Identifiquemos los discursos demagógicos y oportunistas.
Con nuestro voto tenemos poder para evitar tentaciones autoritarias. No entreguemos en bandeja de plata el poder a los políticos y políticas de siempre. Si nadie te convence es mejor no legitimar con tu voto a personas indeseables. Analiza muy bien quienes son, cómo viven y que han hecho antes de darles tu voto.
Ese candidato o candidata de tu circunscripción electoral puede ser un verdadero criminal o una persona sin trayectoria o capacidad para gobernar, pero lo relevante es que pueda ganar y aprovecharse de tu voto, se minimizan antecedentes de vínculos previos con crimen organizado o si recientemente cambiaron de color político.
Los dineros para las campañas electorales son claves, la capacidad de atraer y conservar adeptos es importante.
Vivimos una desnaturalización de lo esencial de la política
que es asumir lineamientos y postulados con responsabilidad social. Desafortunadamente prevalece la retórica y la demagogia con honrosas excepciones.
Todo se puede sacrificar y abandonar en la era post Covid. En muchas regiones del país se limita la transparencia y la rendición de cuentas. Analicemos quienes favorecen la opacidad de sus actos. Se tratan de imponer decisiones y selección de candidatos y candidatas desde el centro del país.
El país entero se subordina a lo que se decide en la capital del país.
Ambos bloques proceden de la misma manera: la estructura de mando es centralizada y son tloatanis y sus favoritos los que deciden. No hay más verdad y línea que la que dictan los jefes de las tribus.
La disputa principal es entre tribus, sus líderes y entre los aspirantes favorecidos por los poderes fácticos, no importan trayectorias.
Siguen prevaleciendo los y las personas “recomendadas”. Se siguen reproduciendo los viejos esquemas caciquiles y de manera inverosímil se han legitimado o se vuelven a legitimar y obtener patente de corzo, viejas caras repugnantes por su historial corrupto y hasta gansteril o a
sus descendientes sean hijos, cuñados o yernos.
No ha desaparecido el nepotismo ni tampoco se han renovado mucho los cuadros, pervive y domina una generación de políticos casi todos mayores de 60 años. Son escasos los nuevos liderazgos con personas jóvenes y de ideas frescas e innovadoras.
No hay grandes esperanzas ante este panorama, cualquiera de los dos bloques que gane no ofrece alternativas innovadoras o de genuino cambio social.
Se vislumbra una especie de callejón sin salida: la continuidad de un populismo conservador que insiste en venderse como transformador o el retorno de viejos aliados retrógrados que se venden como salvadores del gran desastre actual y de sus políticas fallidas. No se podrá hacer mucho en esta elección, todavía hay una falsa ilusión del cambio alimentado por un discurso reiterativo que adormece las consciencias.
Y por nuestro nivel limitado de entendimiento como pueblo creyente, de pensamiento mágico y tendiente a seguir a líderes “iluminados” tardará tiempo en darse cuenta del engaño. Ojo con la manipulación religiosa y de nuestra historia para convencerte.
Debemos ir preparando nuevos liderazgos jóvenes fuera de los partidos de manera acelerada. El momentum político será en 2024.
La mayor parte de políticos sexagenarios y de más edad deberán retirarse a descansar y muchos de ellos a disfrutar sus riquezas malhabidas y que difícilmente se podrá demostrar su corrupción porque ya son parte aliada del poder en turno.
Impulsemos a las nuevas generaciones de jóvenes con vocación transformadora y ajena a los partidos.
El país debería ser gobernado por gente joven preparada y con una mente abierta al mundo actual y al que viene en camino.
Los hijos y nietos de los políticos actuales en su mayoría no son confiables. Llevan la marca y la huella de sus padres y abuelos, con muy honrosas excepciones.
Apostemos por un cambio verdadero sin dogmas y fanatismo. Cambio que deberá ser encabezado por jóvenes de ambos sexos.
Con una destacada presencia de mujeres incluyendo mujeres de todos los estratos sociales y de todas las regiones del país con presencia de diversas minorías, mujeres indígenas y afrodescendientes.