*La segunda vuelta electoral
Después del primer debate presidencial se ha iniciado la segunda vuelta electoral (que en nuestro país es virtual). Los candidatos presidenciales hicieron el recuento de los daños sufridos y de lo que avanzaron, todos se declararon ganadores. En la recta final se perfilan dos bandos, falta definir a uno de los contrincantes. Pronto empezarán a declinar a favor del que logre quedarse con el segundo lugar.
Antes del encuentro organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), en el campamento de Andrés Manuel López Obrador proyectaron dos posibles escenarios. Uno donde ganaba el debate y finiquitaba la contienda; el otro era perder el menor número de votos.
Fue la premisa que se cumplió. Lo que nadie imaginó es que el candidato tuviera una mediocre actuación, causó molestia entre sus seguidores que no supiera explicar a que personas de las que están involucradas en el crimen organizado va a otorgar la amnistía cuando sea Presidente de la República.
Resultó incómodo que no señalara las razones del por qué mantiene en su campaña a personajes corruptos. El clímax de lo absurdo fue que negara sus dos departamentos, al final reconoció la existencia de estos.
Queda claro que por estrategia el tabasqueño no quiso defenderse de los ataques de los adversarios, prefirió apostarle a la ventaja que lleva en las encuestas y enmudeció. Lo hizo por dos razones. No le gusta debatir y no sabe hacerlo sin enojarse.
Ahora bien en el postdebate no le fue tan mal, aseguró que ganó y aumentó su ventaja en las encuestas a 50 por ciento, afirmó que podría crecer otros diez puntos. Desde su perspectiva fue un éxito no engancharse en las provocaciones y volverá actuar de la misma manera en los dos encuentros que siguen.
Caso contrario es el de Ricardo Anaya, aprovechó el espacio en la televisión y de manera sorpresiva venció en el debate según la prensa extrajera. Supo librar la acusación de lavado de dinero que pesa sobre su persona por la venta de una nave industrial.
Al mismo tiempo articuló bien sus ataques contra el tabasqueño y José Antonio Meade. Alcanzó su objetivo, fijó en el imaginario colectivo la idea de que la contienda solo es entre él y López Obrador. El panista se encamina para encabezar un bloque que enfrente a AMLO que está muy arriba en las encuestas.
A quien tampoco le fue mal es a José Antonio Meade, entró como víctima y algunos medios de comunicación le dieron el triunfo. El punto es que estaba obligado a ganar de manera contundente y eso no pasó. Lo único que logró fue prolongar su agonía. Él y su partido político tendrán que tomar una determinación después del segundo debate. En este momento no hay condiciones para que levante su campaña, tal circunstancia lo vuelve peligroso para sus adversarios que ya están sufriendo la guerra sucia.
Por lo que se refiere a Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco consiguió llamar la atención y aumentará su caudal de votos con sus ocurrencias de cortarles las manos a los ladrones. Aunque han surgido contradicciones en la historia que relató sobre su hija secuestrada y su vástago asesinado. Posiblemente llegue hasta el final del proceso electoral. En cambio, Margarita Zavala desaprovechó la tribuna y todo hace suponer que será la primera en tirar la toalla. Aunque podría continuar con la intención de quitarle sufragios a Ricardo Anaya.
En lo que coincidieron los cinco candidatos presidenciales fue en decepcionar a la audiencia con sus pobres propuestas sobre seguridad. Demagogia es el nombre del juego.