Así como está enfrentado a muerte con la mayoría de los periódicos que circulan en la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador da muestras de aborrecer el cubrebocas y la prueba está en que durante su larga invitación al pueblo para extremar precauciones en esta temporada decembrina, nunca mencionó este aditamento que tanto promociona la Organización Mundial de la Salud para protegerse del coronavirus.

Aquí el texto íntegro de lo que leyó el mandatario en su mañanera de este viernes: “Amigas, amigos de todo el país y habitantes de la Ciudad de México:

‘Me dirijo a ustedes con todo respeto para que en este mes de diciembre, que tradicionalmente ha sido de celebraciones por el día de la Virgen de Guadalupe, las posadas, la Navidad, las comidas o cenas de fin de año con compañeras y compañeros de trabajo, la espera del Año Nuevo con la familia y llegada de los Reyes Magos, actuemos en este mes de diciembre con mucha responsabilidad para evitar contagios, porque la pandemia de COVID-19 sigue dañando, causando estragos; y mientras no tengamos la vacuna, lo mejor de todo, lo más eficaz es cuidarnos nosotros mismos.

‘El gobierno que encabezo no va a limitar las libertades. No soy partidario de medidas coercitivas como las prohibiciones o el toque de queda. Puede parecer utópico, romántico, pero, como siempre lo he dicho -y lo sostengo-: prohibido prohibir. Creo más en la libertad y en el convencimiento que en la imposición o en la fuerza; además, me consta que el pueblo de México es responsable, educado y consciente. Por ejemplo, la solidaridad que se expresa cotidianamente en la Ciudad de México y que se hace más evidente en los momentos de desgracias colectivas sólo la he visto en las comunidades indígenas.

‘Esta ciudad es muy solidaria. En apariencia, cada quien hace su trabajo y se mueve por la ciudad en lo individual, pero siempre la gente de la ciudad está pensando en nosotros. Es una ciudad, repito, muy solidaria.

‘Me consta que los capitalinos son muy fraternos y respetuosos, y están muy informados y despiertos. También recuerdo -y esto aplica para todo el país y no debe de olvidarse- que cuando empezó la pandemia y necesitábamos tiempo para levantar el sistema de salud -que estaba por los suelos- hicimos un llamado a todos los mexicanos para quedarnos en casa con el propósito de aminorar los contagios, aplanar la curva y que no nos rebasara la pandemia saturando de enfermos los hospitales, como sucedió en otros países.

‘Aquí, por el apoyo de toda la gente que se guardó voluntariamente, se pudo tener tiempo para prepararnos, contar con más camas, conseguir ventiladores, capacitar médicos, enfermeras y ningún enfermo se ha quedado sin atención y, repito, esto fue posible porque nos aislamos y nos cuidamos en familia; sobre todo, atendimos a nuestros enfermos y a los adultos mayores.

‘En consecuencia, ahora hago un nuevo llamado para que todos actuemos en este mes de diciembre con plena responsabilidad’, que no se relaje la disciplina, que no nos confiemos.

‘Somos libres, pero respetuosamente les propongo lo siguiente:

‘Uno. Si no tenemos nada verdaderamente importante qué hacer, no salgamos a la calle.’ En este mes de diciembre siempre hay más gente en la calle, hasta el 24. Fui jefe de Gobierno de esta ciudad y en este mes de diciembre hay problemas de vialidad, crece el número de vehículos en las calles. Ahora no podemos actuar así.

Por lo general, hay mucho tráfico a partir del 12 al 24, porque la costumbre es que se celebra la Navidad en la ciudad, en familia, y ya el 25 muchos salen, y ya hay menos tráfico del 25 hasta la víspera del Día de Reyes. Ese es el comportamiento histórico en la ciudad. Ahora no podemos hacer lo mismo, de modo que sólo si es verdaderamente importante salir a la calle.

‘Si salimos a la calle guardemos siempre la sana distancia’, si hay necesidad de salir.

‘Tres. Comuniquémonos por teléfono o por videollamadas con nuestros familiares, con nuestros amigos.’ Que no se reciban muchas visitas, aunque sean nuestros seres queridos.

‘Estemos sólo los que habitamos la misma casa.’ Porque nuestras familias son muy amplias, muy extensas. Si nos van a estar visitando nuestros hijos, sus esposas, los nietos o vamos a ir a visitar a nuestros padres, pues podemos tener problemas de contagio.

‘Cinco. No hagamos fiestas ni reuniones con familiares o amigos.’ Todo esto es voluntario, pero procuremos no tener reuniones amplias en nuestras casas. Les decía yo de la familia, si nos reunimos en la casa de nuestros padres y van todos los hijos y todos los nietos, y además amigos, pues ya con eso, nos reunimos 20, 30, 40. Entonces, procurar en estos días, porque ya pasará esta pandemia, esta pesadilla.

‘Seis. Si presentamos síntomas, como dolor de garganta, tos, fiebre, dolor de cuerpo, dolor de cabeza, hablar de inmediato para recibir atención médica al 56 58 11 11 en la Ciudad de México y al 911 en el resto del país.

‘Siete. Si tienes síntomas procura hacerte la prueba, se están instalando quioscos con este propósito en la Ciudad de México y en algunos estados del país.

‘Ocho. Acude pronto a la clínica, centro de salud o al hospital más cercano para atenderte, no te esperes, sobre todo si padeces de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, obesidad, entre otras.’ Es muy importante el llegar pronto al hospital.

‘Nueve. Dejemos los regalos de Navidad para otro momento. Recuerda: regala afecto, cariño, amor, no lo compres.

‘Diez. Nosotros, el gobierno, va a ampliar, sobre todo aquí, en la Ciudad de México en estos días, el número de camas, equipos, enfermeras, doctores, para que a nadie le falte la atención médica especializada y de calidad, pero lo más importante es que no nos enfermemos. Es mejor prevenir que curar, es mejor prevenir que lamentar.

‘Estoy seguro que, como siempre, tomarás en cuenta nuestras recomendaciones. La autoridad somos todos.’ No hace falta imponer nada, nosotros tenemos que seguir autolimitándonos, manteniendo nuestra libertad a salvo, nada de autoritarismo, sino que actuemos como siempre lo hemos hecho, de manera responsable.

‘Nadie mejor para cuidarnos que nosotros mismos. Nada material, -eso también tengámoslo muy presente-, nada material es más importante que la vida,’ Decía El Quijote que la vida sólo se puede poner en riesgo cuando se trata de la dignidad y de la libertad, pero nada material es más importante que la vida.

‘Un saludo cariñoso a todas y a todos.’

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