En su participación en tribuna de la Cámara de Diputados con motivo del 2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas, Doraly Velasco León, originaria de la comunidad Quitovac, municipio General Plutarco Elías Calles, de Sonora, hablante de la lengua pápago, solicitó a las y los legisladores su ayuda para preservar la gran riqueza cultural del pueblo Tohono o'odham, “que está a punto de perderse si no se toman medidas urgentes”, ya que sólo quedan ocho hablantes.
Dijo ser una sobreviviente de una comunidad, que se niega a ser olvidada y enterrada en las dunas de arena blanca. Añadió que mientras exista sólo un hablante de la lengua Tohono o'odham, hay esperanza; hoy en día quedan muy pocos. “Es el resultado claro del exterminio hacia mi pueblo, hacia su cultura y su lengua. Por eso vengo hoy aquí a denunciar este genocidio cultural”.
Precisó que su lengua está agonizando, pero no así su cosmovisión ni memoria histórica, porque “hemos dejado huellas perennes en nuestro andar por los territorios que sostienen nuestra vida, en cantos y tradiciones, gracias a la solidaridad y complementariedad que se arraiga en nuestros seres”.
La extinción de la lengua himeri Tohono o'odham, no es un hecho casual o natural, tiene que ver con un conjunto de muros y fronteras que dividen y separan las tierras que el o’odham llama hogar, afirmó la directora en la Escuela Albergue Tribu Pápago, en Quitovac.
Tiene que ver con acciones físicas, sociales, simbólicas, culturales, intelectuales y políticas que son utilizadas como dispositivos de control para crear dos mundos separados entre sí: “el mundo desde donde hoy hablo; lejano y distante, del mundo de la periferia, donde hemos sido abandonados”.
Doraly Velasco expuso que ambos mundos -fragmentados y enfrentados- sentaron las bases de un proceso histórico de incomprensión de las formas de hacer la vida. “Ésa es la razón por la cual mi mensaje les resulta incomprensible y deben leer mi discurso en castellano. Necesitamos que nos escuchen, que nos pongan atención”.
“Ojalá me escuchen, porque vengo a hablar de lo que hemos debido hacer para sobrevivir; andar para predecir, aprender y reflexionar; tenido que proteger y preservar para no olvidar ni ser olvidados. En ocasiones nos han arrebatado la vida por defender nuestros territorios, identidad y cultura”, añadió.
Dijo que su asistencia era para pronunciar una profecía de los poseedores de la sabiduría indígena: “Si mi lengua muere y con ello mi cultura, morirá también una parte de ustedes. Somos un todo infinito conformado por vínculos del sentir, del comprender y creer. Coexistimos en este universo y nos necesitamos mutuamente”.
Se comprometió a dar todo por su pueblo, cultura y lengua. “Creemos en las interrelaciones, la vinculación y la reciprocidad entre todos los elementos de la vida, donde las culturas se nutren unas a otras, y sólo será posible salvar nuestra riqueza cultural si partimos del respeto a las diferencias y los derechos de los pueblos indígenas. ¡Salvemos la lengua y una educación que signifique ser o'odham de verdad!”.
El Coro de los Niños Cantores de Morelia
Ante el Pleno cameral, “El Coro de los Niños Cantores de Morelia” ejecutó dos piezas en conmemoración del 70 aniversario de su fundación y en el marco del 2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
La vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna Luna precisó que esta agrupación es el emblema del Conservatorio de Las Rosas y referente obligado de la cultura musical de Michoacán y de México.
Indicó que, desde sus inicios, hace 70 años, bajo la dirección del eminente maestro italiano Romano Picutti, director hasta ese momento de los “Niños Cantores de Viena”, los “Niños Cantores de Morelia” se posicionaron en los más altos niveles de la música de concierto en México, siendo inspiración para el gran movimiento coral infantil que se tiene hoy en el país.
Padierna Luna destacó que su repertorio abarca los más diversos géneros, desde el canto gregoriano hasta la música contemporánea; desde la música folclórica internacional, hasta música mexicana tradicional y de concierto. Este año, dijo, celebran el 70 aniversario de su fundación.
El coro actualmente está integrado por niñas y niños de entre 9 y 14 años de edad, y es dirigido por Hernán Cortés Carrillo, ex niño cantor de Morelia, quien realizó sus estudios musicales en el Conservatorio de Las Rosas, además de haber asistido a numerosos cursos en México y España.
La mayor parte de su carrera como director, la ha enfocado a los coros infantiles; encabezando y elaborando proyectos para poder hacer llegar la música coral a niños de sectores sociales desprotegidos. En la actualidad, es director de “El Coro de Infantes de la Catedral de Morelia” y de “El Coro de los Niños Cantores de Morelia”.