Durante la instalación de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, su presidente, el diputado Juan Carlos Romero Hicks, afirmó que el problema de la corrupción es inmenso y la percepción colectiva crece y existe en las empresas, en el ámbito público y, en general, en el tejido social.
En la reunión, el legislador sostuvo que la corrupción es una enfermedad y “tenemos que asumir la actitud de que puede ser curada”.
Consideró que ésta se vence abatiendo la impunidad, por lo que invitó a hacer equipo y a trabajar por México.
Precisó que hay diferentes niveles de corrupción, una forma de clasificarlo es lo individual, lo social, lo político y lo sistémico.
Refirió que en todas las instancias internacionales de corrupción en el mundo y en los índices hay preocupaciones, en Transparencia Internacional, en el Foro Económico Mundial, en el Banco Mundial, etcétera, “y para vergüenza nuestra, México obtiene uno de los peores lugares en el tema de transparencia internacional, es el tamaño del reto que tenemos que reconocer”.
Mencionó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hace una medición de la corrupción y se calcula que al año se cometen más de 5 millones de pequeños actos de corrupción en el país; esto ocasiona tres tipos de costos: económicos, políticos y sociales.
Agregó que en la parte económica se afecta la inversión, la productividad, el ingreso de la empresa, la piratería y el Producto Interno Bruto (PIB); hay estimaciones del Banco Mundial de que aproximadamente del 9 al 10 por ciento del PIB es afectado por el tema de la corrupción.
En lo político provoca una irritación y una insatisfacción entendible y, en la parte social, daña el bienestar de las familias.