El secretario de Seguridad Pública Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, fue recibido por senadores de todos los grupos parlamentarios, con excepción de Morena, por el enojo que prevalece entre la sociedad ante la creciente e inhumana violencia que se registra en México, sin que el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrezca un horizonte de paz y por el contrario, esté dedicado solo a culpar a los gobiernos anteriores. Y hasta un pinocho le regalaron.
Por su parte, el funcionario afirmó que la estrategia basada en el uso de la fuerza policial y militar probó ya sus límites y generó decepciones, por lo que el actual gobierno lleva a cabo un proceso para cambiar radicalmente ese modelo por otro que rinda frutos paulatinamente.
Durazo se presentó ante la Comisión de Seguridad Pública, que preside la senadora Lucía Trasviña Waldenrath, como parte del análisis del Primer Informe de Gobierno.
Al inició de su exposición inicial, entregó a la presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, un documento con los avances actualizados de las investigaciones sobre los acontecimientos ocurridos en Culiacán, Sinaloa.
Dijo que por el peso histórico que tiene este caso, el país merece la verdad. No informar sería menospreciar dos fundamentos propios de la Cuarta Transformación: transparencia y verdad. Aseguró que decir las cosas con transparencia es sólo posible “porque no tenemos nada que ocultar”.
Aclaró que la información parcial que al principio se expuso correspondió a la que se tenía disponible en ese momento. Los hechos cambiantes modificaron los datos proporcionados a la opinión pública, pero jamás hubo dolo, pues la prioridad en ese momento era la decisión que a tomar para evitar que aquello se convirtiera en un episodio de guerra y derramamiento de sangre inocente.
Reconoció que después de lo ocurrido en Culiacán están obligados a revisar y ajustar protocolos de actuación. Sin embargo, subrayó, lo que está en el fondo es el debate sobre dos visiones distintas: la de quienes quieren combatir a la delincuencia organizada a toda costa, caiga quien caiga, y “la de quienes pensamos que ya fue suficiente el derramamiento de sangre que desde hace años padecemos”.
La bancada panista fue la más aguerrida y llamó mentiroso al secretario de Seguridad y Participación Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, “por el tropiezo tras tropiezo y mentira tras mentira en que ha caído el gobierno federal al tratar de explicar el operativo fallido del pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa”.
La senadora de este partido Indira Rosales San Román hizo entrega de un Pinocho al funcionario federal, “para que piense dos veces cuando intente mentir a una vez más a los mexicanos”.
En su intervención, la legisladora hizo diversos cuestionamientos al secretario Durazo, entre los que destacó: “usted mencionó la semana pasada en la Junta de Coordinación Política que el cártel sabía del operativo, con esa afirmación, ¿debemos asumir que el cártel tenía más información que usted sí o no, señor secretario?”
Por su parte, el senador Ismael García Cabeza de Vaca recordó que el Grupo Parlamentario del PAN ha votado a favor de las propuestas del Ejecutivo en materia de seguridad, como la creación de la Guardia Nacional y la Ley Nacional de Extinción de Dominio; sin embargo, los resultados durante esta administración no han sido favorables.
En ese sentido, las senadoras y los senadores del PAN exigieron acciones “políticas y penales” ante el desastre de la operación Culiacán provocado por el gobierno de Morena, el cual ha pactado para mentir, violar la ley, tapar su ineptitud y construir una nueva verdad histórica del culiacanazo.
“La gente vive con miedo y ustedes no saben, no pueden o no quieren defender a las y los ciudadanos. Hay condescendencia hacia los criminales y lejanía con las víctimas”, sostuvieron.