El miércoles pasado fue un día negro para el partido Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, organismo político creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien anda muy molesto porque algunos de sus militantes pervertidos fueron captados en flagrancia y por la marcada división entre sus legisladores que se niegan a apoyar el tristemente célebre artículo transitorio que beneficia al presidente de la Suprema Corte Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
De acuerdo con las señales que captan nuestros sabuesos informativos por los pasillos de Palacio Nacional, López Obrador se enfadó notoriamente cuando se enteró del manoseo de nalga en que incurrió públicamente en un mitin el candidato de su partido al gobierno de Zacatecas, David Monreal Ávila.
Pero este enfado presidencial, hasta ahora manejado en el ámbito de la discreción, se alimentó cuando los medios de información le dieron vuelo a la nota de otro pervertido, el diputado federal de Morena, Benjamín Saúl Huerta Corona, quien fue detenido en la Ciudad de México por abusar sexualmente de un menor de edad.
Ambos casos se combinaron con la división que se produjo entre diputados federales de Morena, donde cada vez más de ellos se inconforman por el artículo transitorio que amplía el periodo del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Por todo ello en diversos frentes del mundillo político se consideró que el miércoles pasado fue un día negro que a la postre se puede ver reflejado en las elecciones del próximo seis de junio.