El 98% de los migrantes centroamericanos que transitan por México lo hacen sin documentos que acrediten su estancia regular en el país y el 13% de quienes cruzaron por México entre 2011 y 2012 fue objeto de algún delito o agresión en su trayecto hacia los Estados Unidos.
Los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, como parte del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, deben reconocer la situación de los migrantes como sujetos de derechos. Los Estados tienen el derecho y la atribución para controlar la migración, pero deben tener en cuenta los acuerdos que han asumido, explicó el doctor Alejandro Canales Cerón del Departamento de Estudios Regionales de la Universidad de Guadalajara.
En entrevista con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), dijo que “algunas de las opciones que se plantean acerca de la migración son el cierre total de fronteras, las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, la criminalización de la condición de indocumentados, así como las que están a favor del libre tránsito de personas y trabajadores”.
El investigador se refirió al Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular que comprende 23 objetivos para gestionar de mejor manera la migración a nivel local, nacional, regional y mundial; uno de estos es reducir los riesgos a los que se enfrentan los migrantes brindándoles atención y asistencia; así como mitigar los factores adversos y estructurales que impiden a las personas construir y mantener medios de vida sostenibles en sus países de origen.
El libro Desarrollo y Migración. Desafíos y oportunidades en los países del norte de Centroamérica (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2019), uno de los autores es el doctor Canales Cerón es uno de los autores.
Ahí se señala que en la actualidad el tema migratorio en el continente se ha vuelto relevante debido a las nuevas condiciones de los lugares de salida de los migrantes (violencia, inestabilidad política, crisis económica, pobreza y desigualdad); de los lugares de tránsito migratorio por México (inseguridad ciudadana, crimen organizado, extorsión y riesgos a la salud y a la vida de las personas migrantes), y a las condiciones de arribo e integración en los Estados Unidos (política de deportaciones masivas, criminalización de la migración indocumentada, racismo y xenofobia, entre otros).
Por lo que, en el caso de México, destacó el también integrante de la AMC, en la medida en que la migración de tránsito, que realizan principalmente las personas de países centroamericanos con el fin de llegar a Estados Unidos, se haga de forma ordenada, regular y segura se podrán reducir los riesgos a los que están expuestos los migrantes.
Teniendo en cuenta lo anterior, agregó el doctor que tiene entre sus líneas de investigación el tema de migración y desarrollo, un aspecto a considerar es la situación de los migrantes no sólo en los lugares por los que transitan, sino también en los de origen y destino.
De acuerdo con el especialista entre 2014 y 2018 aproximadamente 450 mil migrantes centroamericanos cruzaron por México cada año, de ellos entre 20% y 25% lograron establecerse en Estados Unidos, el resto fue detenido, ya sea en nuestro país o en Estados Unidos, y un gran número de ellos fueron aprehendidos o deportados a sus países de origen.
Añadió que el cruce por México se realiza en condiciones de alta vulnerabilidad y riesgo. El 98% de los migrantes transita por México sin documentos que acrediten su estancia regular en este país. Y el 13% de quienes cruzaron por México entre 2011 y 2012 fue objeto de algún delito o agresión en su trayecto hacia los Estados Unidos.
Otros de los datos que el investigador y su grupo de trabajo han obtenido, a través de encuestas y analizando la información con diferentes modelos matemáticos, está que la mayoría de las personas migrantes no cuenta con experiencia migratoria previa.
“Así, el 60% de las personas migrantes que transitaron por México y fueron detenidas en su cruce a los Estados Unidos declaró que era su primer intento de migración hacia ese país, mientras que el 40% restante aseguró que ya había migrado anteriormente a los Estados Unidos”.
Respecto al tiempo que las personas migrantes tardan en cruzar por México, los datos del doctor Alejandro Canales indican que esto varía. Los hondureños son los que suelen tardar más: al 41% le toma más de un mes y al 53% de dos a cuatro semanas. En cambio, el 44% de los salvadoreños y el 41% de los guatemaltecos demoran menos de dos semanas, mientras que el 29% en los dos casos se toma más de un mes.
De esta manera el especialista considera necesario que se reformule la política migratoria mexicana hacia este flujo de personas y los considere como un objeto particular de políticas públicas. Recordó el caso de Chiapas, que ha sido una región de gran atracción de inmigrantes guatemaltecos en busca de trabajo, en especial en actividades agrícolas, los cuales cruzaban de forma irregular por el río Suchiate. Su condición de irregularidad los dejaba expuestos a diversas situaciones como: extorsiones, recibir bajos salarios, a ser deportados y a no tener derecho a los servicios de salud.
Hace algunos años, destacó, se estableció una política especial de visados para la población guatemalteca en la frontera sur de México que permitió otorgar permisos temporales de trabajo para residentes en el lado sur de la frontera con México que se desplazan a trabajar a las haciendas y poblados urbanos en el lado norte de la frontera de Chiapas y Guatemala.
“En nuestro grupo de investigación documentamos esa situación y junto a otros grupos de investigaciones y organizaciones de la sociedad civil, se logró convencer al gobierno mexicano de la época de tramitar una visa de tránsito que les permitiera a estos migrantes guatemaltecos cruzar legalmente a nuestro país y tener acceso a servicios de salud. El flujo migratorio se mantiene, sigue la misma cantidad de gente entrando y saliendo de la frontera entre México y Guatemala, sólo que lo hacen de forma ordenada y controlada”.
Actualmente, destacó, pasa algo similar con los migrantes que provienen, principalmente, de Centroamérica y que no quieren quedarse a vivir en México, lo que buscan es llegar a Estados Unidos. Por lo tanto, para regularizar su situación migratoria se podría pedir un documento oficial de identidad con el que se les pueda expedir uno de tránsito con una vigencia de dos o tres meses.
“El costo de este tipo de acciones no es elevado y permite que una gran cantidad de migrantes queden fuera de situaciones de riesgo, ya que pueden ir a la policía y denunciar si son víctimas de un asalto, por ejemplo. Al hacer regular la migración le damos un marco de seguridad a los migrantes”.
Lo anterior, dijo el doctor Alejandro Canales, es útil para poner restricciones, ya que evidentemente no se va a dejar ingresar a personas con antecedentes penales o con alguna relación con el crimen organizado, y esto aplica para ciudadanos de países de Europa u otras partes del mundo, porque no es un asunto restringido a los centroamericanos.
Finalmente, el doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Estudios de Población por el Colegio de México, llamó a reconocer la importancia de estudiar el tema de la migración en tránsito, porque así es posible generar: información, teorías, explicaciones de lo que está pasando y con ello poder actuar en consecuencia.