Negro pasado

El caso de la mina Pasta de Conchos debe reabrirse desde el punto de vista penal, para deslindar la responsabilidad del senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia, debido a que, en su calidad de dirigente minero, él avaló las condiciones en que trabajaba el yacimiento seis días antes de producirse el accidente en el que murieron 65 trabajadores.

Ismael Leija Escalante, secretario general del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Conexos, señaló que es procedente el desafuero del legislador, quien se encuentra protegido legalmente, para que se actúe en su contra, en caso de que se le puedan imputar presuntos delitos.

El líder del sindicato, que agrupa a 14 mil trabajadores, expuso que seis días antes del 19 de febrero de 2006, cuando ocurrió la explosión y derrumbe en la mina, ubicada en Nueva Rosita, Coahuila, Gómez Urrutia firmó el documento que avalaba las buenas condiciones, desde el punto de vista de la seguridad, prevalecientes en el yacimiento.

“Supuestamente, Gómez Urrutia realizó un recorrido para inspeccionar la mina, y constató que todo estaba en regla, a pesar de las denuncias de los trabajadores, en el sentido de que las condiciones no eran las adecuadas”, agregó.

Aseguró que “Napito” tiene toda la responsabilidad, porque participaba en la Comisión de Higiene y Seguridad de Pasta de Conchos y no hizo caso de las quejas de los trabajadores, a quienes finalmente su negligencia les costó la vida.

Leija Escalante consideró que la iniciativa de ley de Gómez Urrutia para regular el outsourcing es una cortina de humo para nulificar su responsabilidad en la tragedia de Pasta de Conchos, porque él siempre se benefició del esquema laboral mencionado en esa misma mina.

Recordó que 29, de los 65 mineros que fallecieron en ese yacimiento, fueron subcontratados por la empresa de outsourcing General de Hulla, la cual pagaba comisiones a Gómez Urrutia por cada uno de esos trabajadores, a los que permitía laborar el Sindicato Minero napista en Pasta de Conchos.

Planteó que, ante la magnitud de la tragedia, y al saber que estaba implicado en la misma, Napoleón huyó en 2006 a Vancouver, Canadá, en donde vivió en un exilio dorado, recibiendo cantidades millonarias de su sindicato durante 12 años.

Afirmó que es loable que las autoridades federales inicien el rescate de los restos de 63 mineros que permanecen en el interior de Pasta de Conchos, a partir de octubre, porque es un clamor de los familiares desde hace 14 años.

Gómez Urrutia siempre ha lucrado con la tragedia, enfatizó, y como prueba de ello, organizó una marcha de aproximadamente 400 personas en Nueva Rosita, Coahuila, para supuestamente reclamar justicia en el caso, pero del total de personas participantes, por lo menos 300 eran acarreados, personas de fuera de ese estado que ni siquiera sabían a que iban.

“El colmo era que no fue una ceremonia luctuosa, sino que se convirtió en un evento político, en donde los asistentes echaban porras a Gómez Urrutia, en una demostración de cinismo”, concluyó.

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