La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, subrayó que la polarización nacional no le sirve a los procesos democráticos mexicanos, cuya verdadera importancia es el día después, en el que los resultados deben aceptarse y seguir la vida cotidiana.
En su participación en la Reunión de la Misión de Observación Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), afirmó que el proceso electoral es un momento en el que las personas manifiestan su voluntad y una vez obtenidos los resultados la vida continúa, y la democracia tiene como fin supremo tutelar el derecho ciudadano a cambiar de opinión.
“Es decir, que haya instituciones electorales que protejan que si hoy voto por A y dentro de tres años decido votar por B, mi decisión va a ser respetada y mi opinión considerada”, agregó.
Destacó que la próxima es una elección que se ha dicho, y con razón, que es la más grande de la historia de México, y tiene que ver no con el cargo de la Presidencia de la República, o el Senado, sino con la simultaneidad de las elecciones en las 32 entidades federativas.
A favor hay una institución electoral construida con esfuerzo
La diputada Sauri Riancho resaltó que se tiene a favor una institución electoral construida con mucho esfuerzo. Recordó que fue en 1997 cuando se aplicó la reforma electoral de 1996, se creó el entonces Instituto Federal Electoral, ahora Instituto Nacional Electoral.
También, precisó, se instauró el Tribunal Electoral como parte del Poder Judicial de la Federación, se estableció el financiamiento público a los partidos políticos y, además, se dio equidad a los medios de comunicación.
Posteriormente, agregó, hubo una reforma electoral en 2007 que acotó mucho la participación de las y los funcionarios en los procesos electorales, y el modelo de comunicación política actual derivó de esa reforma.