Las Secretarías de Gobernación, Salud y Educación presentaron públicamente la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), cuyo objetivo es garantizar a niñas y niños menores de 6 años el ejercicio efectivo de sus derechos a la supervivencia, desarrollo, educación, protección, participación y vida libre de violencia.

La ENAPI es resultado de trabajo colaborativo entre la sociedad civil y diferentes autoridades de gobierno al amparo de una misma visión: niñas y niños con un desarrollo integral. Niños y niñas que se convertirán en hombres y mujeres saludables, productivos, empáticos, solidarios. Hombres y mujeres de paz.

La Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia tiene el potencial de ser, en el largo plazo, la solución a la descomposición social, el bajo crecimiento y la desigualdad; pero eso demanda el cumplimiento de 5 condiciones:

Primero: Se complete su institucionalidad, mediante la inmediata publicación en el Diario Oficial de la Federación

Segundo: Que se asigne presupuesto de los tres órdenes de gobierno a dos tipos de tareas. Por un lado, las necesarias para la coordinación. Por otro, a las intervenciones específicas que requieren niñas y niños para lograr un desarrollo integral, entre las que se encuentran vacunación, tamizaje, lactancia, atención a la malnutrición, educación inicial, prácticas de crianza, espacios de cuidado, y protección frente a todas las formas de violencia, entre otras.

Tercero: Que, en el proceso de implementación, los actores de gobierno en los territorios aprendan a poner en el centro a las niñas y niños, y desarrollen la habilidad de preguntarse ¿cómo resolvemos, de manera CONCRETA, los problemas que enfrentan niñas y niños en el territorio?

Cuarto: Mantener una alta voluntad política por parte de los gobernadores, alcaldes, legisladores, y funcionarios públicos; y un compromiso de llevar, sin simulaciones, las acciones de la ENAPI a cada niña y niño del país.

Quinto: Lograr que padres, madres y cuidadores de todo el país demandemos a nuestras autoridades, en cada rincón del país, los bienes y servicios que nosotros y nuestros hijos e hijas requieren para alcanzar su pleno potencial.

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