El nuevo paradigma de desarrollo social que México propone a las naciones hermanas de América Latina y el Caribe, parte de la premisa de acabar por completo con la corrupción y la impunidad; aligerar el peso económico que representa el gobierno para la sociedad y encauzar el presupuesto público al bienestar con justicia y paz, con prioridad en los pobres.
Así lo expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador al encabezar la inauguración de la Tercera Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe organizado por el Gobierno de México, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Ante ministras y ministros de Desarrollo Social, así como embajadores de países integrantes de Cepal, el presidente López Obrador recordó que la historia del pueblo mexicano está marcada por tres grandes transformaciones que significaron conquistas de derechos gracias a la mente lúcida y vocación patriótica de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez y Francisco I. Madero.
La Cuarta Transformación que sucede hoy en México, señaló el primer mandatario, goza de circunstancias inmejorables para llevarse a cabo sin violencia:
“Pero no por ser una transformación pacífica va a quedarse en la superficie, por encima. Esta es una transformación igual de profunda porque nos hemos propuesto arrancar de raíz al régimen corrupto de injusticias y de privilegios.”
Agregó que, en nuestro país, el fenómeno de la acumulación de capital en unas cuantas manos sucedió al amparo del poder político a través de la corrupción, especialmente durante el periodo del neoliberalismo, donde se llevó a cabo el saqueo más grande de la historia.
“Con cifras oficiales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, que impulsaron mucho esta política, se amplía la brecha entre ricos y pobres en el país. Es el periodo de más desigualdad en la historia de México”.
En presencia de medios de comunicación, el jefe del Ejecutivo federal puso a consideración de ministros y embajadores de la región el nuevo modelo que se implementa en México:
“Acabar con la corrupción, y ya le podemos poner el añadido: y con la impunidad; y le sumamos hacer un gobierno austero”.
Agregó que la austeridad que se pone en práctica en el cambio de régimen tiene como modelo el legado de Benito Juárez, porque no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.
“La austeridad para nosotros es que se reduzca el costo del gobierno a la sociedad y que podamos, con el combate a la corrupción y con la austeridad, liberar fondos para el desarrollo y el bienestar, sin aumentar impuestos, sin crear impuestos nuevos, sin aumentar los precios de los combustibles, sin endeudar al país, combatiendo la corrupción y con austeridad republicana. Esa es esencia el modelo”.
Reiteró que los recursos se reorientan al bienestar del pueblo desde un gobierno para todos que otorga preferencia a los más pobres.
Ejemplo de ello son los ocho millones de pensiones que reciben las personas adultas mayores de todo el país, lo mismo que un millón de niñas y los niños con discapacidad; igualmente, se ha destinado presupuesto sin precedentes en 10 millones de becas para estudiantes de todos los niveles.
Además de los 900 mil jóvenes que han sido contratados como aprendices, el presidente recordó que la estrategia de bienestar incluye a 200 mil campesinos para sembrar un millón de árboles frutales y maderables mediante el programa Sembrando Vida.
“No es empleo temporal, es permanente, para que cultiven, para que siembren sus parcelas, sean comuneros, ejidatarios o pequeños propietarios. El año próximo van a ser otras 500 mil hectáreas, 400 mil empleos, porque hemos llegado también a la conclusión de que el campo es la fábrica más importante del país”.