En pocos días México podría pasar a la etapa dos, que consiste en una transmisión comunitaria de COVID-19, por lo que desde ahora es necesario formular escenarios sobre cómo evolucionaría el virus en la población.
En México se han confirmado cada vez más casos de personas contagiadas con el coronavirus SARS-Cov-2, hasta ahora todos fueron importados, por lo que el país se encuentra en la etapa uno, con casos claramente identificados y una vigilancia por parte de las autoridades de salud a los contactos de los contagiados; en cualquier momento se puede pasar a la etapa dos, que consiste en una transmisión de este virus de manera más amplia, a nivel comunitaria, mientras que la etapa tres sería un contagio generalizado a la sociedad.
De acuerdo con un modelo matemático elaborado por Gustavo Cruz, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la propagación comunitaria del coronavirus empezaría entre el 20 y 30 de marzo, por lo que el coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM, Samuel Ponce de León, indicó que “es el mejor momento para planear acciones de manera paulatina y en función del mejor interés para la salud pública”.
En particular, dijo que en la UNAM a partir del 23 de marzo habrá suspensión de algunas actividades que congreguen multitudes como seminarios, simposios, entregas de diplomas, juntas grandes, y de la misma manera se van a cancelar viajes internacionales de estudiantes e investigadores a partir del 19 de marzo. “No consideramos que sea razonable cancelar de manera general los viajes o cerrar aeropuertos porque las fronteras son porosas, son casi una ilusión y más cuando estamos tratando de contener una infección”, dijo el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Agregó que la comunicación y los informes de las autoridades de la Secretaría de Salud han sido transparentes, aunque desde su perspectiva la cifra podría ser mayor a la reportada oficialmente porque se han hecho pocas pruebas y a una población muy acotada —individuos sospechosos—. Si bien el problema no ha alcanzado una magnitud significativa de acuerdo con el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias no quiere decir que no esté ocurriendo, aunque no se cuenta con evidencia para afirmarlo.
La declaración de pandemia del COVID-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo con el doctor Malaquías López Cervantes, de la Facultad de Medicina de la UNAM, es un reconocimiento de la realidad: se registran al día de hoy más de 125 mil casos en todo el mundo. “Esta declaratoria compromete a los países a tomar medidas de contención y nosotros lo debemos tomar en consideración, todavía estamos viéndolo un poco de lejos, aunque ya tenemos casos, creemos que todavía no hay una transmisión abierta a la comunidad”.
El integrante de la AMC sugirió que es momento favorable para que el gobierno federal implemente acciones como incrementar la vigilancia en las fronteras, en especial con Estados Unidos, donde se registran casi mil casos. “No estamos haciendo pruebas más allá de los casos de contagio y sus contactos, por ejemplo, en Tijuana podríamos poner un sistema de pruebas aleatorias, pero por lo pronto no se realizan porque cada prueba cuesta unos 150 dólares”.
Destacó que con COVID-19 se ha comprobado que sí es efectivo el distanciamiento social. Un estudio publicado ayer sobre la dinámica de contagio en China arrojaba que hubo 60% menos contagios gracias a las medidas que implementaron como prohibir las reuniones públicas, cancelar clases e implementar medidas de higiene en sitios comunes, “fue demasiado dramático y no veo que en México existan las condiciones sociales para eso”.
En conferencia de prensa, los especialistas recomendaron que se empiece a planear la etapa dos, de transmisión comunitaria, y formular escenarios sobre cómo evolucionaría el COVID-19 en la población, porque lo ideal sería que este virus no rebasara al sistema de salud pública y para ello lo ideal es anticipar y evitar complicaciones. Otra medida que eventualmente podría implementar la UNAM, y que ya están contemplando, es que se impartan clases en línea a fin de mitigar la transmisión.
Por su parte, el doctor Mauricio Rodríguez dio algunas recomendaciones para contener la transmisión a nivel comunitario como identificar fuentes de información confiables: la Secretaría de Salud, la UNAM, organismos internacionales como la OMS y especialistas; también que a nivel familiar se identifique a las personas más vulnerables como personas de la tercera edad, personas con alguna enfermedad crónica o con enfermedades respiratorias y niños; mantener una actitud proactiva para evitar la propagación del virus; y por último, reforzar hábitos como lavarse las manos, traer gel, cuidar la salud personal y cuidar de las personas más vulnerables.
Jorge Baruch, director de la Clínica del Viajero de la UNAM, dijo que se mantiene contacto con estudiantes extranjeros y se da seguimiento a su historial médico a través del Centro de Enseñanza para Extranjeros para identificar oportunamente algún contagio; también se han establecido alianzas con la iniciativa privada para el manejo de viajes a destinos turísticos con y sin reportes; se mantiene el seguimiento a los expedientes de atletas olímpicos mexicanos y se está con contacto permanente con el Comité Olímpico Mexicano; además de que se lanzó una campaña para prevenir racismo y xenofobia por la enfermedad.
En la mesa también participó María de Jesús Arellano Medina, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, quien añadió que sería conveniente en el caso de las personas que estén próximas a realizar un viaje al extranjero revisen la cobertura de sus seguros médicos para viajeros y corroboren si protegen ante una situación de enfermedad o atención médica.