Y el efecto continuará

Mucho se ha dicho de los efectos, buenos y malos, que producirá la decisión de Andrés Manuel López Obrador de cancelar, a partir del primero de diciembre de este 2018, cuando tome posesión de la Presidencia de la República, de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto internacional que se levanta en Texcoco, Estado de México.

Pero tal vez lo más revelador, por el inmediato desempleo que avizora esa cancelación anunciada por el próximo mandatario mexicano desde que andaba en campaña electoral, es el siguiente texto que circula en las redes sociales.

Por el extraordinario contenido informativo, aquí lo producimos de forma textual:

-¿Ya supiste güey?

¡Qué!

-Que ya valió madre todo esto…

-¿Qué güey?

-La chamba, pendejo. Me acaba de hablar mi vieja y me dijo que en las noticias salió que chingo a su madre la obra.

-¡No mames! Si yo vote por López Obrador…

-Te dije güey que ese cabrón no era de fiar.

Era la hora del almuerzo en esa vorágine de varillas, cemento, máquinas y cientos de trabajadores que construían, levantaban, cargaban, desyerbaban, limpiaban, transportaban y tenían un sueldo seguro en la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco.

Era la hora del almuerzo y un avión se escondía entre las nubes. Rigoberto, Rigo como le conocen en la obra, es migrante de Chiapas y cuando comenzó a trabajar en la construcción del nuevo aeropuerto, sintió que volvía a nacer. Recuerda el llanto de su jefa cuando le habló por teléfono para decirle que ya tenía chamba.

-Es en serio o me estás choreando. Incrédulo preguntó mirando a los ojos del pinche Juan, quien se comía una torta de queso de puerco con un chile en vinagre.

-¡A güevo cabrón. Respondió Juan –también migrante, albañil del estado de México-, quien se limpió la boca con el antebrazo y apuntó: -Si ya desde cuando salía en las noticias de que AMLO quería parar la obra.

-Pero si ya se hizo lo más difícil. El otro día escuché al inge decir que las tripas, las entrañas de la obra ya estaban listas para comenzar todo lo de arriba… el cascarón pues, respondió Rigo quien miraba al cielo, persiguiendo al avión entre las nubes.

Sin dar pausa a la torta, Juan, desanimado murmuró. -Dice mi vieja que el presidente Peña Nieto ya dijo que la obra sigue hasta el 31 de noviembre y, que ahora, el pedo es de López Obrador, quien tendrá que pagar un madral de dinero en multas a los constructores.

¿A nosotros no nos han dicho nada? Pero, de que ya valió madres, ya valió madres, concluyó Juan justo en la última mordida de su torta.

En eso sonó la chicharra para regresar al área de trabajo, pero, lo que Rigo y Juan no sabían, es que en Los Pinos la situación era igual. Los de cuello blanco también decían: “Ya valió madre esto”.

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