En un marco de la integridad electoral, los tribunales electorales son piezas clave para apuntalar la calidad de la democracia y la estabilidad del sistema, magistrado presidente Reyes Rodríguez Mondragón.
El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Reyes Rodríguez Mondragón, enfatizó la importancia de evaluar la calidad del proceso electoral y su cumplimiento con los estándares internacionales para garantizar la integridad de la democracia.
Durante su conferencia titulada “Juzgar con perspectiva de integridad electoral”, como parte del diplomado en Derecho Electoral ofrecido por el Centro de Estudios e Investigación Electorales “Irene Robledo”, Rodríguez Mondragón subrayó que las decisiones tomadas por los Tribunales Electorales deben considerar la evolución de las prácticas político-electorales y determinar cuándo estas pueden transgredir la equidad en la contienda electoral.
Puso de relieve que las resoluciones del Tribunal Electoral deben adaptarse a los nuevos contextos y necesidades, con el objetivo de estrechar la relación con la ciudadanía desde una perspectiva de integridad electoral, y así fortalecer un Estado de Derecho más robusto.
En el TEPJF, consideró el magistrado presidente, existe un claro entendimiento de que sus decisiones repercuten en la legitimidad de los procesos electorales y, en general, del sistema democrático. Por ello, la función jurisdiccional desempeña un papel crucial en el fortalecimiento de la democracia electoral, al garantizar el correcto funcionamiento de las normativas, asegurar condiciones equitativas en los procesos y fomentar la participación ciudadana.
En ese sentido, puntualizó la necesidad de conferir legitimidad a los resultados de las contiendas y a los individuos electos, incentivando así a los partidos políticos y candidaturas a actuar en línea con una perspectiva de integridad electoral.
Finalmente, el propósito de la integridad electoral es promover que todos los actores involucrados en el proceso electoral, incluyendo autoridades, partidos políticos y gobiernos, se conduzcan conforme a los valores democráticos.