*Un país, dos presidentes y un teatro guiñol

Doña Flor y sus dos maridos tal vez sea la novela más conocida del escritor brasileño Jorge Amado, donde el autor con sensacional sentido del humor reseña la conflictiva vida y circunstancias que atraviesa Doña Flor, cuando después de haber quedado viuda contrae nuevas nupcias y su marido (poco después) regresa del más allá para continuar su vida marital con ella.

Lo simpático y a la vez desconcertante para Doña Flor radica en la perpleja situación del personaje para acceder a los requerimientos carnales de su exmarido (Vadinho), toda vez que ella debe fidelidad y honestidad a su segundo marido (Teodoro), que es un farmacéutico austero, disciplinado y pudoroso, en tanto que el primero era un calavera consagrado, amante extraordinario, juerguista consumado y reconocido en bares y burdeles del pueblo.

Doña Flor ante la increíble disyuntiva que se le presenta opta salomónicamente por mantener su relación de compostura y formalidad con Teodoro y satisfacerse plenamente con las fruiciones carnales de Vadinho.

Y como bien reza la sabiduría de mis antepasados: Mi hijo “Llega un momento en la vida de una mujer en la cual te despojas de tantos escrúpulos aldeanos, rústicos y aprendes a vivir mejor con tu conciencia” 

Sirva el ejemplo anterior como exordio para el caso que ahora nos ocupa, pues en verdad muy difícil la debe estar pasando Doña Claudia, quien al haber logrado su máxima ilusión de convertirse en la primera presidenta* de México, aún sin tomar posesión del cargo debe sobrellevar, acompañar y convivir con su mentor, antecesor y padrino que es el actual mandatario.

 Para no equivocarnos a los hechos nos remitimos; desde el pasado 2 de junio la señora ha permanecido un día sí y al otro también, emulando al huēy tlahtoāni, es decir; diario hace una declaración, o anuncia que va a hacer una declaración, manifiesta su acuerdo o coincidencia plena con los decires del señor y así nos la seguiremos llevando hasta Octubre, ¿a ver qué pasa?

El referirnos al huēy tlahtoāni, no vaya usted a creer que es una ocurrencia, hay que recordar la etimología de tlatoani la que refiere a aquel que habla: por lo tanto, a un orador o a alguien que manda. La existencia de los tlatoanis se enmarca en la división de clases que existía en aquellas sociedades antiguas mesoamericanas.

Se considera que el último tlatoani (o huēy tlahtoāni) de México-Tenochtitlan fue Cuauhtémoc, gobernador entre 1521 y 1525. Su sucesor, Tlacotzin, fue nombrado por los conquistadores españoles y rebautizado como Juan Velázquez.

Y si de hablar se trata, pues ya estamos más que impuestos a escuchar penosamente desde temprana hora el bla bla bla que surge de los rincones del Palacio Nacional donde lo mismo se anuncia la reforma al sistema de salud, que al Poder Judicial, el sistema de pensiones, la confiscación de las Afores a los mayores de 70 años, la producción real o virtual de la refinería de Dos Bocas, o el tema más insospechado, inoportuno o peligroso que se nos ocurra.

En lo que hace a la formación del nuevo gabinete que acompañará a la doctora presidenta cabe destacar lo variopinto y ecléctico de su formación, ya que si usted analiza a los convocados lo mismo encontramos a un joven de 42 años, Omar García Harfuch que a Don David Kershenobich Stalnikowitz de 81, en tanto que en medio de ellos hay dos en sus tempranos 50 años (Ariadna Montiel y Mario Delgado), otros cuatro con más de 60 años y cinco más que tienen entre 70 y 75 años. En el Senado y la Cámara de Diputados la acompañarán los ex-priístas y ex gobernadores de Tabasco y Zacatecas Adán Augusto López Hernández (61) y Ricardo Monreal Ávila (63).

Cabe destacar que ambos líderes camerales se han distinguido por su versatilidad (por así llamarle) ideológica, pues lo mismo han militado y desempeñado cargos en el PRI, que en el PRD o en Morena como aparece en el currículum de López Hernández, mientras que como muestra sobresaliente de volubilidad y acomodo político destaca el doctor Monreal Ávila quien ha militado en 5 diferentes instituciones partidistas, lo mismo en el PRI, que en el PRD, el PT, en Movimiento Ciudadano hasta que después de varias fintas se quedó en Morena una vez que fuera públicamente despreciado y aislado por su pertinaz e inútil insistencia en convertirse en candidato a la presidencia que al igual que Marcelo Ebrard insistían en que Andrés Manuel “se las debía”.

Mención aparte merecen también las intrépidas aventuras de Monreal, quien siendo gobernador (1998-2004), se la debe haber pasado lo suficientemente tranquilo para haber terminado un doctorado en Derecho constitucional y administrativo (1999-2001) o que alguien le hubiese ayudado en tan excelsas tareas para complementarlas al mismo tiempo.

No sólo eso, el personaje de marras también ha logrado exhibir con sus notables calificaciones y títulos académicos el haber completado un sistemático y doctoral análisis sobre todas las violaciones a la Constitución en que incurría el Ejecutivo en su reforma electoral y después del ‘sufrir’ el frío del ser ignorado por el Gran Poder, ahora se ha convertido en el gran defensor  de la reforma al Poder Judicial que implica el desmantelamiento del sistema jurídico que el mismo ha enseñado durante años en las asignaturas de Derecho Agrario, Administrativo, Mercantil, Derecho Electoral y Derecho Municipal, en la Facultad de Derecho de la UNAM.

Como la Chimoltrufia; como digo una cosa, pues también digo la otra, faltaba más.

Entre los grandes valores académicos, políticos, técnicos y administrativos que acompañarán a la señora presidenta no podemos olvidar la lealtad y agradecimiento que han manifestado los miembros del área de operación política que se deben precisamente al gran líder del movimiento, que también fue egresado de las filas del PRI.

No se necesita ser clarividente, hechicero o pragmático extremo para entender que aunque los mismísimos Albert Einstein, Robert Oppenheimer, George Marshall, John Maynard Keynes, Milton Friedman, Robert Hayek, Enrico Fermi, Richard Feynman, o sea; los genios más destacados del siglo pasado estuviesen en el gabinete, pobre muy pobre podría ser su desempeño cuando con los cambios que vienen a la Constitución del país todo, absolutamente todo vendrá del palacio Nacional.

El gabinete, el Congreso y el para entonces risible Poder Judicial quedará reducido a un mero teatro guiñol… muy triste por cierto.   

*https://www.rae.es/dpd/presidente el uso mayoritario ha consolidado ya hoy el femenino específico presidenta, documentado en español desde finales del siglo XV y único que se recomienda usar en la actualidad 

Save
Cookies user preferences
We use cookies to ensure you to get the best experience on our website. If you decline the use of cookies, this website may not function as expected.
Accept all
Decline all
Analytics
Tools used to analyze the data to measure the effectiveness of a website and to understand how it works.
Google Analytics
Accept
Decline
Unknown
Unknown
Accept
Decline