*Tres años y ómicron
El miércoles pasado AMLO cumplió tres años de gobierno y en ese tiempo sentó las bases para romper con el pasado reciente.
Llevó al poder a la 4T (Cuarta Transformación), que hoy enfrenta situaciones muy diversas.
En primer lugar, AMLO demostró una enorme resistencia ante el desgaste del gobierno frente a las acciones públicas, que siempre son un problema.
En segundo lugar, la imagen de AMLO es mucho mayor que la de Morena, que no logró integrar un equipo —como partido político democrático— para darle vuelta a ese pasado.
Las decisiones y propuestas de AMLO siempre son polémicas.
Le llueven las críticas. Causan escozor. “El mesías demagogo” lo llaman sus opositores.
Sin embargo, su nivel de aprobación sigue arriba del 60 por ciento, según distintos estudios de opinión.
Pero hay otras dudas entre la sociedad.
Por ejemplo: ¿Qué ha sucedido con la violencia? ¿Por qué sigue en aumento? ¿Cuál es la nueva relación entre el gobierno con los cárteles de la droga?
Otra más: ¿Valió la pena cancelar el aeropuerto de Texcoco y promover el Parque Ecológico del Lago de Texcoco (PELT)? ¿Qué sucederá con esas cuatro mil 800 hectáreas?
Nada de eso es importante.
Para AMLO la vida política del país lo tiene sin cuidado. Él se maneja por otra autopista… Nada de eso lo afecta, o lo afecta muy poco.
El miércoles pasado AMLO regresó al Zócalo al lado de sus simpatizantes para celebrar sus primeros tres años de gobierno.
El Zócalo es un lugar muy importante para él.
Lo tomó en 2005 con la campaña contra su desafuero. Lo hizo en 2006, contra las elecciones fraudulentas.
El Zócalo le representa un símbolo. Es un espacio. Una insignia. Se transformó en una distinción… Y ya se le hizo una costumbre.
Cuando llegó la Pandemia del Covid-19 tuvo que parar. No se podían realizar reuniones masivas. Pero hoy, con el semáforo verde en la ciudad, el Zócalo mostró una nueva vida.
AMLO aseguró ahí que se establecieron “las bases para la transformación de México”. Afirmó que “se ha cambiado la mentalidad del pueblo”, con su estilo de gobierno. Y aseguró “predicar con el ejemplo”… El Zócalo estuvo lleno.
Entre las bandas oaxaqueñas, el mariachi y la rumba (que también es cultura como aseguraba el maestro Froylán López Narváez), el Zócalo le dio posibilidad para mostrar fuerza, músculo y su amplio poder de convocatoria.
Para otra gente, como Sergio Aguayo, llenar el Zócalo solo significó un “grito de impotencia”.
Dice Aguayo: “Creo que quiso transformar el País, pero no pudo, y se le nota en la soledad. Diría que es 'El Solitario de la 4T'. Lo obedecen en el Congreso, lo obedecen a la hora de elegir candidatos, pero es notable el poco acompañamiento que tiene la formulación de su discurso y de su análisis”, (Reforma, 30/XI/2021).
Yo, como Aguayo y mucha gente más, votamos y acompañamos a López Obrador en las elecciones anteriores… Hoy buscamos ratificar esta congruencia.
El Decretazo que anunció hace dos semanas es una prueba de que sus obras no están cuajando. No han logrado vivir por sí mismas. Y para apoyarlas, las arrastró a un mar lejano de la transparencia que todos demandamos y exigimos.
¿Qué sucederá con el futuro del Decretazo? ¿Servirá? ¿Estuvo bien hecho? ¿Será repudiado por no ser transparente?
AMLO es un presidente muy popular, sin duda… Pero debe enojarse menos.
Cada vez que riñe y golpea se aleja más de la gente que lo apoyó.
UN NUEVO VIRUS
Hace dos años nos sucedió que, cuatro meses después de hablar de la pandemia en Europa, apareció finalmente con nosotros y nos enclaustrarnos un año y medio.
Hoy sucede lo mismo con la nueva variante Ómicron, del Covid-19.
Me enteré de que muchos países europeos ya prendieron sus alarmas frente a esta nueva amenaza y les escribí a algunos colegas conocidos.
Jorg Knapek, austriaco, me respondió: “Estamos confinados nuevamente. Las infecciones en invierno aumentan. Y se empezaron a cerrar todos los negocios”.
Franz Fontaine, holandés, me dice: “Nunca nos tocó el Covid, pero hay una nueva alarma. Los restaurantes cierran a las 8 de la noche. No se permiten reuniones de más de 4 personas. Y esto se va a poner peor en las siguientes semanas”.
Susana Asencio, española, me asegura: “Ya vimos lo que está sucediendo por acá. No se nos ha pedido nada todavía, pero seguro ocurrirá en las siguientes semanas… No podemos volver a vivir la misma crisis de antes”.
¿Qué sucederá con la economía mundial si sucede otro paro de actividades como el anterior?... ¡Un caos!
Vivimos una tercera pandemia en el mismo momento. La primera fue la epidemia natural del Covid-19. La segunda fue la variante Delta (que nos obligó nuevamente a encerrarnos). Y la tercera, ahora, es el Ómicron.
La variante Ómicron fue descubierta en Sudáfrica. Se asegura que tiene una altísima transmisibilidad. Según diversos estudios estiman que es 500 veces más contagiosa que el Covid-19 original.
¿Nos servirán las vacunas? ¿Habrá que reforzarlas? ¿Se necesitará inventar otra vacuna?... NPI.
Por lo pronto, en Brasil se detectaron los dos primeros casos de Ómicron con gente que estuvo recientemente en Sudáfrica y hubo un caso en EEUU.
O sea: ¡El Ómicron ya llegó a América!
Debemos cuidarnos. Proteger a la familia. Vacunarnos y usar cubrebocas.
Pero, sobre todo, confiar en la ciencia.
EL CIDE
El CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económica A.C.) es una institución recientemente intervenida por la 4T.
La Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces, titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), designó como nuevo director general al Dr. José Antonio Romero Tellaeche.
El CIDE es muy pequeñito frente a la UNAM. Pero los dos fueron acusados de “derechistas” por AMLO.
Quizá sea un experimento minúsculo para pensar en cómo intervenir la UNAM en el futuro.
¿Qué pensarán hacer con la UNAM?... ¡Ganar el título!
LA CUEVA DEL DELFÍN
Hay gente que dice que el mundo se mueve hacia el autoritarismo… A mí me parece una magnífica oportunidad para romper con el pasado… Existe otra puerta para ser más justos y vivir distinto.
¡Vientos huracanados!, si no me piden cerrar la UNAM nos veremos por acá el próximo sábado...
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