Confirmado, dejar solo al rebaño, sin el pastor, termina por desbarrancarse…
Y así ocurrió la noche del martes pasado en la Cámara de Diputados, cuando el Jefe del Ejecutivo se engalló y mandó a su secretaria de Gobernación a poner “orden” en ese gallinero… La “orden” la cumplió con puntualidad doña Olga Sánchez Cordero y bastaron unas palabras de ella vía telefónica, para que el líder de los diputados morenistas, Mario Delgado Carrillo, entendiera el manotazo que salió de Palacio Nacional y de inmediato acudió a transmitir el mensaje al todavía obsesivo Porfirio Muñoz Ledo, quien, ni tardo ni perezoso, regresó al pleno del órgano parlamentario para anunciar, con perorata consabida, que por el bien del país desistía de pretender continuar como presidente de la Cámara… Así concluyó el episodio de una película que sigue filmando el director de la “cuarta transformación”… Que quede para la reflexión…