Sener y Pemex los ignoran
La diputada federal Soraya Pérez Munguía solicitó a la Secretaría de Energía (Sener) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) que presenten un informe pormenorizado del estado que guarda el Sistema Nacional de Refinación y aclaren los accidentes registrados en las plantas de Salamanca y Cadereyta en menos de una semana.
En un comunicado, indicó que lo anterior se dio a pesar de que la refinación es un área sumamente débil, que ha demostrado ser poco rentable; Pemex anunció para este año una inversión de 22 mil 905 millones de pesos adicionales.
La legisladora por Tabasco expuso que Pemex reportó pérdidas millonarias acumuladas durante los dos primeros trimestres de este año, "lo que la obliga a ser selectiva en su gasto y a no financiar proyectos con bajo o nulo beneficio".
“Esto marca una tendencia irrefutable de que, mientras se siga ampliando la capacidad de refinación, seguirán aumentando las pérdidas de la empresa, arriesgando a su vez la estabilidad de las finanzas nacionales”, advirtió.
Pérez Munguía recordó que, en el último informe financiero de Pemex enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, se reportaron pérdidas en el primer semestre del 2020, por más de 606 mil millones de pesos y durante el segundo trimestre de este año, disminuyó aproximadamente 52%.
Así como, un incremento de la deuda de casi 25% con respecto a la anunciada a finales del año anterior.
Comentó que a esta merma se suma, según cifras oficiales, el quebranto de 12.5 dólares por cada barril de crudo refinado, por lo que, si se refinó casi 542 mil barriles diarios, se estima que la disminución superó los 6.7 millones de pesos por día.
Respecto a los daños ambientales, mencionó que el 23 de julio de 2020 autoridades de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA) de Salamanca, Guanajuato, presentaron una denuncia por las emisiones de azufre presuntamente originadas por la Refinería Antonio M. Amor.
Un día después, añadió que se reportó un incendio al interior de la Refinería Héctor R. Lara Sosa, ubicada en el municipio de Cadereyta, en Nuevo León, que causó la liberación de diversos contaminantes en las comunidades aledañas a la instalación.