Los congresistas demócratas estadounidenses tendrán que acogerse a los instrumentos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), que implica la participación de paneles definidos por los tres países y de esa manera se aclare su acusación de que en México supuestamente prevalecen contratos de protección a empresas, a pesar de la reforma laboral emprendida.
Javier Villarreal Gámez, subsecretario del Trabajo del Comité Nacional de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), puntualizó que el TMEC cuenta con los mecanismos necesarios para resolver cualquier diferendo en materia laboral, con la debida interlocución entre los tres países.
De esta manera, el también secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minero-Metalúrgica de la CTM, respondió a las falsas acusaciones del senador morenista, Napoleón Gómez Urrutia, ante la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, de que congresistas estadounidenses aseguran que en nuestro país prevalecen contratos laborales de protección para las empresas.
“En las expresiones del senador Gómez Urrutia hay un excesivo cinismo, pues hay constancias y evidencias sobradas de que él es el inventor, el impulsor, del outsourcing en la industria minera”, expuso.
Sostuvo que Gómez Urrutia cobra comisiones importantes de hasta 12 mil pesos por empleado al año a las empresas de outsourcing que laboran en las minas en las cuales el sindicato del legislador tiene contratos y por medio de esos convenios define en la práctica contratos de protección.
En torno a la postura del senador morenista, de defender a los legisladores de Estados Unidos, expuso que “no se ve bien que Gómez Urrutia celebre las aspiraciones, tanto de sindicatos, como del gobierno de Estados Unidos para, lograr lo que ellos quieren y recuperar empleos para su país, lo cual habla de su poco patriotismo”.
El dirigente de los trabajadores de la CTM en Sonora, comentó que es pública, incluso difundida por el propio Gómez Urrutia, la vinculación del legislador con dirigentes sindicales de Estados Unidos, como Richard Trumka, dirigente de la central obrera de ese país, AFL-CIO.
Villarreal Gámez expuso que Gómez Urrutia tiene un gran resentimiento con el sindicalismo nacional, porque antes de huir a Vancouver, Canadá, en donde vivió 12 años, acusado de desviar 55 millones de dólares, quiso ser presidente del Congreso del Trabajo y no recibió apoyo de organización alguna y trató de construir una disque central internacional, pero también fue rechazado.
Enfatizó que un ejemplo claro de ello fue el contrato de outsourcing permitido por Gómez Urrutia en la mina de Pasta de Conchos, de San Juan de Sabinas, Coahuila, en donde fallecieron 65 mineros, la mayor parte de ellos trabajadores de una compañía externa que no tenían atención ni apoyo.