El presidente lo miró con enojo
El gobernador panista Francisco Domínguez Servién no se anduvo por las ramas y aprovechó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador este miércoles en su entidad para fijar posiciones y dejar en claro que no permitirá que Emilio Lozoya lo siga difamando y advirtió que se defenderá porque no es culpable de nada, pero aunque el Jefe del Ejecutivo no ocultó su enojo, no hubo respuesta de su parte.
Esto ocurrió al inicio de la mañanera y cuando el gobernador ocasionalmente volteaba a ver a López Obrador mientras hablaba, fue evidente que la mirada del Ejecutivo federal despedía advertencias.
Aquí las palabras textuales del gobernador Domínguez: “En mi vida siempre he dado la cara y hoy no será la excepción. Los gobernantes tenemos la obligación de enfrentar los hechos. Más, cuando se trata de calumnias, de infamias, de ataques centrados en cuestiones políticas.
“El señor Emilio Lozoya ha pretendido involucrarme con una bajeza inaudita en actos de corrupción, ha aportado sólo sus dichos que valen lo que su prestigio: nada.
“De manera perversa se filtró un video en donde aparece una persona en la que deposité mi confianza y que me acompañó por años. Lo removí de su cargo y di parte a las instancias correspondientes para que él, a su vez, apele a su derecho que le convenga. Por mi parte, no tengo nada que temer, nada de qué avergonzarme y nada que ocultar.
“Los dichos del señor Lozoya son una infamia por varias razones:
“Primero, nadie puede comprar lo que ya tiene. Desde que fui diputado federal, con respeto apoyé la Reforma Energética en el 2008, que fue propuesta por el Partido Acción Nacional; la seguí apoyando como senador de la República, de hecho, la presenté yo personalmente a nombre de mi partido. Siempre he tenido convicción de que la reforma era benéfica para el país; por tanto, como legislador mi trabajo fue dar al país el mejor marco legal, no su implementación, y menos un legislador, su operación.
“No había necesidad de darme dinero para obtener un voto que ya se tenía por convicción personal; además, lo reitero, lo he dicho siempre en mi vida política, su servidor no vive de la política.
“Segundo, nadie paga para que le peguen. Si fuera cierta la calumnia, no habría presentado en ese momento 807 reservas y modificaciones a la reforma de aquel gobierno; no hubiera quitado su servidor el control del Consejo de Administración de Pemex ni quitado cinco asientos que tenía en ese momento el sindicato petrolero.
“Les recuerdo que el Consejo de Administración de Pemex aprueba contratos, obras, proveedores. Sacar al sindicato no sólo incomodó a aquel gobierno, sino que detonó amenazas contra mi vida.
“Si fuera cierta la calumnia, no habría propuesto la creación de un fondo petrolero con recursos etiquetados para asegurar la transparencia y evitar el saqueo que después se dio.
“Tercero, no se puede creer en las palabras de un delincuente confeso. Y hoy doy la cara aquí y ante la autoridad. No busco la protección a cambio de inventar falsedades.
“Cuarto, hay una intención política, no es cuestión legal. Atacan a un gobernador de oposición bien calificado. Mienten porque Querétaro no tiene una, una sola observación de la Auditoría Superior de la Federación ni de la Secretaría de la Función Pública federal, ni una, y es el manejo del dinero público de todos los queretanos.
“Tenemos los queretanos, el gobierno en su responsabilidad, prácticamente deuda cero; hay empleo, buenos salarios, somos ejemplo de crecimiento, calidad, de grandeza, somos gente de trabajo, de esfuerzo y de palabra. Por eso nos atacan y, además, en menos de 10 meses habrá elección.
“Doy la cara y defenderé mi nombre. Seguiré trabajando sin pausas, sin distracciones, enfocado en los resultados, a lo que demandan las queretanas y los queretanos.
“Este será el único posicionamiento público que daré a este respecto”.
Terminado el discurso del mandatario estatal queretano, siguieron dos intervenciones más, lo que dio pauta para que el presidente López Obrador se tranquilizara y cuando volvió al micrófono planchó el escenario para que en ese momento ya no hubiera referencias a la inconformidad manifestada.