Para un conservador, el que esté una hija de doña Rosario en la Comisión de Derechos Humanos, pues les molesta. Pero se me hace un exceso, o sea, es un acto de intolerancia, de falta de respeto, porque detrás de esa postura, -no estoy hablando del gobernador, sino de ese pensamiento conservador- pues está una actitud revanchista.
Así lo expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador hace algunos días durante su mañanera y añadió: “¿Cómo ahora los humillados, los vencidos, los sometidos, van a formar parte del gobierno? Pues así es, así es.
“Es como el cuestionamiento que por qué los indígenas van a tener trato preferencial. Háganme el favor. No, si están saliendo cosas que estaban ahí. Entonces, están brotando todos estos sentimientos clasistas, racistas.
“Ojalá y no se propague el odio, eso sí no permitirlo, no odiar, que haya debate, que salgan las diferencias, que puedan decir un poco como decía el finando, con todo respeto, Fidel Velázquez, que puedan decir los conservadores: ‘Soy racista y qué’, porque eso es, fuera máscaras. Don Fidel decía: ‘Soy charro y qué’.
“Entonces, ayuda mucho a la definición. Hay también conservadores que se hacen pasar por liberales y no lo son, o sea, fingen; entonces, son momentos de definición.
“Y no pelearnos, o sea, no agredirnos, respetarnos; además, que cada quien esté en su sitio y ya y entendernos. ¿Cómo no voy yo a comprender la actitud de un conservador? Los conozco hasta de lejos, los identificó, ahora sí que aunque se disfracen”.