Se desperdicia mucho talento
La diputada federal Febe Priscila Benavides Lozano presentó una iniciativa para establecer que las autoridades educativas deben promover programas de detección oportuna a niñas, niños y adolescentes superdotados o con coeficiente intelectual alto para brindarles una educación especial, a fin de alcanzar su máximo desarrollo cognitivo.
La propuesta de reforma al artículo 9º de la Ley General de Educación, destaca la necesidad de un programa especial que realmente ayude a identificar y desarrollar a estos niños con talento, especialmente porque existe un fenómeno social conocido como “fuga de cerebros”.
Señala que las personas que posean un coeficiente intelectual alto no tienen las oportunidades de desarrollar sus habilidades en el territorio nacional, lo que genera que migren al extranjero donde sí reciben apoyos para educación especial.
El texto, turnado a la Comisión de Educación, menciona que durante la infancia es cuando pueden explotar al máximo sus capacidades intelectuales y en caso de no apoyar estas aptitudes está comprobado que se pueden ir perdiendo con el paso del tiempo, lo que generaría un daño irreparable.
“El promedio de calificaciones o alto rendimiento escolar realmente no visibiliza si un menor de edad posee un alto coeficiente intelectual porque los educandos pueden tener altas calificaciones, pero no los convierte en superdotados”, subraya.
Precisa que el término de superdotación se refiere a una superioridad intelectual en aquellos niños con un coeficiente intelectual (CI o en inglés IQ) superior a 130 puntos, que se obtienen a través de pruebas psicológicas estandarizadas para cada grupo poblacional.
Indica que los niños superdotados tienen mayor sensibilidad, características de perfeccionismo, algunas veces sentimiento de inadaptación por percibir y evaluar el mundo de manera diferente. No se sienten cómodos en un grupo de niños con CI promedio, por lo que prefieren ambientes cambiantes y complejos.
Considera que los educandos superdotados deben obtener una educación más apropiada a sus necesidades que realmente favorezca su desarrollo cognitivo y puedan sobresalir, además de otorgarles un apoyo económico que ayude a su emprendimiento educativo.
Si el Estado no identifica y apoya a niñas y niños superdotados generaría que se perdieran dentro de la sociedad y no puedan explotar al máximo sus altos coeficientes intelectuales, por lo que es de suma importancia que a través de sus dependencias correspondientes promueva programas de detección oportuna, puntualiza.