Desde hace 50 años Samuel B. Trickey visita frecuentemente México por razones personales y profesionales, al grado de considerarlo como su “segundo país”. El miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) señaló que en la actualidad tiene tres colaboraciones académicas vigentes y muchas otras conexiones profesionales porque entiende y habla fluidamente español, lo que le permite responder a preguntas estudiantiles, “creo que he sido valioso y continúo siendo valioso para los estudiantes mexicanos de posgrado”.
Desde el Quantum Theory Project, iniciativa de la cual fue director de 1999 a 2004, ha sido un impulsor de la presencia de estudiantes de Latinoamérica, y en especial de México, en actividades como el Simposio Sanibel, así como los Institutos de Verano e Invierno, que se llevaban a cabo en Suecia y Florida, respectivamente, y se suspendieron en la década de los años ochenta.
El especialista en materia condensada y Teoría de la Densidad Funcional es un convencido de la necesidad de formar recursos humanos especializados en sistemas atómicos, moleculares y sólidos con múltiples métodos de estructura electrónica en todo el mundo.
El profesor emérito de los Departamentos de Física y Química de la Universidad de Florida consideró que hacer ciencia es una gran alegría, por ello, advirtió, que los jóvenes que busquen ser científicos necesitan trabajar duro y con perseverancia porque en el camino hay que aprender mucho.
“Supongo que es algo así como convertirse en un gran golfista o gran músico: uno debe estudiar, estudiar y estudiar. Cuando descubres algo y te das cuenta de que eres el primer ser humano que realmente lo ha entendido, es una gran experiencia”, comentó.
Las investigaciones de Samuel B. Trickey en los últimos 15 años han girado en torno a la Teoría de la Densidad Funcional, en la que trata el problema de funcionales de energía cinética y de intercambio; indicó que trabaja en métodos de física teórica para predecir las propiedades de materiales.
El científico ha llevado a cabo cálculos de estructura electrónica y simulaciones moleculares de sistemas complejos por computadora, además de que ha estudiado propiedades magnéticas de cúmulos metálicos, efectos de spin-órbita en grafeno, desarrollo de bases atómicas para cálculos de estructura electrónica en sistemas periódicos, el poder de frenado de protones y electrones de múltiples capas de materiales como el diamante, el litio y la sílice.
“Las leyes físicas que gobiernan las cosas que vemos se llaman ecuaciones de Newton, pero estas no funcionan para objetos submicroscópicos. Básicamente, la mecánica cuántica es el conjunto de leyes físicas, escritas en lenguaje matemático, que rigen los movimientos de los pequeños objetos submicroscópicos; en particular, gobiernan los movimientos de los átomos, que están formados por electrones y núcleos. Los electrones mantienen todo junto”, dijo en entrevista Trickey para la AMC.
Las leyes de Newton, explicó, permiten que un sistema tenga la energía que podamos darle. La mecánica cuántica posibilita que un sistema tenga solo ciertas energías especiales, por lo que se dice que las energías se "cuantizan" y los paquetes de energía que provienen de saltar entre esas energías especiales se llaman "cuantos".
“Una parte de mi trabajo está relacionado con la química teórica, que se enfoca en predecir la estructura y propiedades de las moléculas que tienen muchos electrones, los cuales mantienen al sistema unido y le dan sus propiedades. La plata es de color plateado y las lámparas de calle de vapor de sodio son de color amarillo brillante debido al hecho de que hay más electrones en la plata que en el sodio, y están dispuestos de forma diferente”.
El gran problema de estos estudios, añadió el doctor en física teórica, es que con ellos no se pueden resolver las ecuaciones de Schrödinger —como se conoce a las ecuaciones de mecánica cuántica— solo para dos electrones, entonces se deben idear aproximaciones a sistemas con más de dos electrones.
Las ecuaciones deben estar “delicadamente” balanceadas, y ser lo suficientemente buenas como para producir predicciones confiables, pero también deben ser lo suficientemente simples como para poder resolver el problema aproximado en una gran computadora. “Eso es lo que hago y también mis colaboradores más cercanos en México y en otros lugares”.
Samuel B. Trickey nació en la ciudad de Detroit, Michigan, en 1940. Estudió física en la Universidad de Rice, y la maestría y doctorado en la Universidad de Texas A&M en física y física teórica, respectivamente, concluyendo sus estudios de posgrado en 1968. El pasado 16 de abril ingresó oficialmente a la AMC como miembro correspondiente.
El investigador comentó durante la entrevista que además de sus proyectos académicos, disfruta de navegar —tiene un velero de poco más de siete metros de largo—, viaja con su esposa, tiene cuatro nietos que visita y participa en diversos esfuerzos sociales con los trabajadores agrícolas de Estados Unidos.