Pero ni las ven, ni las oyen
Senadoras consideran que niñas, niños y adolescentes en estado de orfandad se enfrentan a desafíos que pueden afectar su desarrollo físico, emocional y social.
En 2022, el INEGI dio a conocer que había más de un millón 600 mil niños, niñas y jóvenes menores de edad que vivían sin sus padres por diversas circunstancias, por lo que es menester que el Estado les garantice la posibilidad de conocer con exactitud y certeza cuáles son sus derechos al quedar en estado de indefensión, consideraron senadoras.
Para atender esta situación, las legisladoras Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre, Cora Cecilia Pinedo Alonso y Martha Cecilia Márquez Alvarado presentaron una iniciativa que tiene como objetivo reformar el artículo 26 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Con ello, buscan que las autoridades administrativas y jurisdiccionales a nivel nacional y estatal, brinden apoyo legal a las y los menores que hayan perdido a su padre o madre, con asesoría, orientación y seguimiento a las personas que ejercerán la patria potestad, la tutela, guarda o custodia y con la finalidad de dar certeza jurídica a sus derechos.
“Las niñas, niños y adolescentes en estado de orfandad se enfrentan a una serie de desafíos únicos que pueden afectar su desarrollo físico, emocional y social. Brindarles asesoría especializada en materia jurídica es fundamental, pues resulta de suma importancia la familia para el desarrollo de ellos”.
La iniciativa, publicada en la Gaceta Parlamentaria del pasado 6 de marzo, fue turnado a las comisiones unidas de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia; y de Estudios Legislativos.
Las legisladoras mencionaron que, por sus propias características, los niños, niñas y adolescentes son un grupo vulnerable, pero derivado de la orfandad se encuentran en doble vulnerabilidad y desprotección.
“La orfandad modifica por completo la vida de quienes la sufren, pues al romper los vínculos familiares, se afecta la esfera social de las niñas, niños y adolescentes, y en la mayoría de los casos aumenta la necesidad del cuidado de la salud mental y propicia la deserción escolar, ya que el estado de vulnerabilidad al que se enfrentan es mayor”, subrayaron.