*Falta de empleo genera migración, violencia y muerte
Mientras en México no haya empleos ni oportunidades de ingreso, la gente seguirá migrando por hambre, lo que nos obliga a hacer un llamado a dejar de legislar ocurrencias y atender la emergencia económica, en salud y seguridad que padece nuestro país.
Este gobierno ya generó 4 millones más de pobres y la Cepal advierte que podían ser 2 millones más al final del 2022, y señaló que esta terrible situación se debe a este gobierno ahuyenta a los inversionistas, no impulsa a los productores ni a los empresarios para generar empleos.
De los 500 mil empleos que debieron generarse en lo que va del año, apenas van 204 mil; ni la mitad de lo que se requiere. Hay más pobres porque la inflación sigue al alza, las familias no tienen seguridad social y sí han dejado tener atención en salud, pues con la desaparición del Seguro Popular se perdió la atención adecuada y se provocó el desabasto de medicinas, pese a la insistencia de la bancada panista a corregir el rumbo.
Esta falta de oportunidades genera migración, violencia y muerte, y cobra víctimas todos los días.
La tragedia de San Antonio, en la que murieron 22 mexicanos, es la más cruda verdad del viacrucis al que todos los días se enfrentan miles de personas, niños incluso, en su anhelo legítimo de encontrar una mejor vida en los Estados Unidos y expresó su solidaridad con las familias de los fallecidos.
En mayo se rompió récord de remesas con 5 mil 172 millones de dólares, de acuerdo con datos del Banco de México, que si bien sirven de ingreso para muchas familias en el país representan la dimensión de la migración en México.
Es el colmo que este gobierno morenista presuma, como si fuera un logro suyo, las remesas que llegan, cuando se trata de dinero que mexicanos tuvieron que enviar buscando en otro país lo que aquí no encontraban, trabajo, justamente eso, trabajo.
Veracruz se encuentra entre los principales estados expulsores de migrantes a Estados Unidos y refirió que al parecer 3 de los fallecidos serían de ese estado.
En Naolinco hay familias desesperadas que aun albergan la esperanza de que no sea uno de los suyos los muertos en ese tráiler.
Las autoridades no pueden ni debe cerrar los ojos ante estos hechos, cuando es corresponsable del destino final de sus ciudadanos.
Insistimos, necesitamos dejar de legislar sobre ocurrencias y pongámonos a atender la emergencia. Y con la emergencia nos referimos a la economía, la seguridad y la salud. No podemos exigir menos.